Un Volkswagen Golf de 1989 y uno de 2024 se sometieron a pruebas de seguridad para mostrar sus amplias diferencias.

Dekra, una organización alemana dedicada a pruebas, inspecciones y certificaciones de vehículos, quiso demostrar de manera contundente cuánto ha evolucionado la seguridad en los automóviles en las últimas décadas. Para ello sometió a un Volkswagen Golf de segunda generación fabricado en 1989, a diferentes pruebas de choques bajo protocolos modernos en su centro de pruebas.

Los resultados fueron comparados con las pruebas de seguridad de Euro NCAP realizadas sobre el actual VW Golf VIII, en su modelo 2024. El objetivo no era únicamente mostrar al antiguo Golf destruido, sino que buscaba poner en evidencia con datos e imágenes, las diferencias entre la seguridad pasiva y activa de dos épocas muy diferentes en la industria. 

Uno de los tests aplicados al Golf II fue una prueba de choque frontal, en la que el vehículo impactó contra una barrera equipada con un elemento deformable a 64 km/h con un solapamiento del 40%. Este escenario similó el efecto de un choque frontal entre dos vehículos de características parecidas circulando entre 50 y 55 km/h.

Volkswagen Golf seguridad

Pruebas de seguridad: Volkswagen Golf II Vs. Golf VIII

En esa prueba de choque el Volkswagen de 1989 sufrió graves daños, que en el peor de los escenarios comprometerían la integridad de sus ocupantes. La estructura del habitáculo colapsó, piezas alcanzaron a penetrar el espacio de los pasajeros, y las condiciones de desaceleración y contacto con el volante habrían hecho difícil la supervivencia de las personas abordo.

En contraste, al analizar los resultados del Golf VIII, tomando como referente las pruebas realizadas por Euro NCAP,  la estructura del vehículo permaneció prácticamente intacta. Mientras tanto, los sistemas de retención y los múltiples airbags, actuaron efizcamente para proteger a los ocupantes durante del impacto evitando lesiones físicas graves.

Dekra concluyó que, en una colisión equivalente, los pasajeros abordo del Volkswagen Golf de última generación habrían sufrido solo lesiones leves. Diferencias que ponen en evidencia la evolución en los sistemas de seguridad para automóviles, como las fórmulas de ingeniería aplicadas a las estrucuturas de los vehículos y los sistemas de protección pasiva. 

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Otras pruebas también fueron dicientes

Además de pruebas de choque estático, el Golf antiguo se sometió a evaluaciones de frenado, estabilidad en cambio de dirección y respuesta del vehículo en maniobras críticas. En este sentido, el Golf moderno demostró contar con frenos más eficaces, con distancias de frenado hasta un 30% menores que las del modelo 1989 en distintas condiciones y velocidades. 

Así mismo, en el ejercicio de cambio de trayectoria y adherencia, el Golf II matuvo el control solo hasta los 65 km/h antes de mostrar pérdida de estabilidad. En el caso del Golf VIII, este superó de forma segura los 75 km/h gracias a sistemas electrónicos como control de estabilidad, y mejoras en el sistema de suspensión y los neumáticos.

Dekra incorporó estos resultados en su informe «Road Safety Report 2025», donde contextualiza las pruebas y ofrece recomendaciones para políticas y para que conductores valoren la seguridad al momento de elegir su vehículo. Conducir antes de los años 90 ahora parece muy arriesgado. 

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Jessica Paola Vera García. Fotos: Dekra.