Un fallo a favor de Fiat-Chrysler Automobiles prohibió definitivamente a Mahindra vender en el mercado estadounidense al campero Roxor. Su estética estaba claramente inspirada en el Jeep Wrangler.
Llegó a su fin la novela judicial que durante más de tres años enfrentó al Grupo FCA y Mahindra, con la que la primera buscaba impedir la comercialización del Mahindra Roxor en Estados Unidos. Hasta hace algunos meses, el fabricante indio producía y comercializaba en Michigan al pequeño campero, pero ahora es definitivo que no podrá hacerlo más.
El indiscutible parecido entre este vehículo y el Jeep Wrangler fue lo que originó la molestia en el conglomerado ítaloamericano, aún cuando ambos modelos ni siquiera compiten pues el modelo indio es mucho más rudimentario.
Fiat-Chrysler emprendió entonces la demanda contra Mahindra y finalmente, un juez les dio la razón. El fallo prohíbe a la compañía india fabricar, ensamblar y comercializar al Roxor en territorio norteamericano, y lo declara como «una copia del Jeep Wrangler».
Un clon
Todo esto sucede porque el Mahindra Roxor en realidad es un derivado del clásico Jeep CJ-2A. Desde hace décadas se fabrica y vende en India bajo licencia oficial, pero al llegar a territorio norteamericano las cosas se complicaron, pues ese permiso no aplica allí.
En realidad y muy a pesar de la similitud de sus formas, este todoterreno y el actual Jeep Wrangler son muy distintos. Demasiado sencillo y construido sobre una estructura antigua, el Roxor estaba homologado como ‘cuadriciclo ligero’. Es decir, se vendía como una especie de ‘buggy’ y no como el campero propiamente dicho que es el Jeep.
Para intentar mantenerlo vigente en Estados Unidos, la firma india aplicó una leve actualización con la que se distanciaba un poco del Jeep original. Sin embargo, nada de esto fue suficiente pues los rasgos básicos seguían intactos, lo que terminó dando la razón a FCA.
Un juguete grande
El Mahindra Roxor se vendía en el mercado norteamericano desde 2018, equipado con un motor Turbo Diésel de 2.5 litros que entrega 62 caballos de potencia y 195 Nm de torque, y conectado a una caja manual de 5 velocidades y tracción a las cuatro ruedas.
Siendo un vehículo netamente aventurero, ofrecía una opción básica de carrocería pero con 900 variantes de colores y opciones de personalización. Al no contar con techo ni puertas, podía verse hoy más como un «juguete grande» que como un carro de verdad. Se vendía a 16.595 dólares, unos 65 millones de pesos colombianos.
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Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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