Mientras Carlos Ghosn lanza augurios de muerte para la Alianza Renault-Nissan desde Libia, los analistas apuntan a que desde Japón ya se están haciendo importantes preparaciones para acelerar una separación.
Las consecuencias de la fuga de Carlos Ghosn –sumado a las acusaciones de corrupción que la propiciaron– están comenzando a hacerse notar. Un informe publicado este lunes por The Financial Times indica que Nissan querría separarse de Renault.
No se trata de la primera vez que la firma japonesa considera una separación de su socio francés. De hecho, la idea se viene barajando desde 2018, cuando estalló el escándalo del que sería culpable el ejecutivo brasilero.
De hecho, el propio Ghosn señaló esta misma mañana, en declaraciones desde Beirut, que la relación entre ambas empresas, que existe desde el 27 de marzo de 1999, está prácticamente muerte. Sus palabras exactas: “no creo ni por un minuto que la Alianza sobreviva a esto”.
Relaciones tensas
El fin de la Alianza Renault-Nissan no sería una sorpresa teniendo en cuenta que, al parecer, las relaciones entre ambas firmas han sido más tensas de lo que demostraban a la opinión pública.
Lo anterior muy a pesar de lo que narra la historia: para finales de los 90, Nissan estaba en una etapa crítica de la cual sólo pudo salir al permitirle a Renault convertirse en accionista mayoritario. A cambio, los japoneses conservarían su independencia y salvarían la compañía.
Esto, sin embargo, sucedió a medias. Después de todo Renault es el mayor accionista de Nissan con un 43 % del capital, mientras que esta última solo tiene el 15 % de las acciones francesas.
De ahí vinieron, en los últimos diez años, los recursos, motores y hasta plataformas compartidas de ambas marcas, con control del gobierno francés, que tiene 15 % de las acciones de Renault, tras bambalinas.
El futuro de la Alianza
Con tantas asperezas en el ambiente, hasta el propio CEO de Renault, Jean-Dominique Senard ha puesto en duda la longevidad de la Alianza con Nissan. Incluso dio plazo hasta este año para solucionar dichas inconformidades, de no lograrlo, el grupo se disuelve.
La situación, no obstante, y aunque Renault parece estar preparando nuevos proyectos que contemplan a ambas partes, no es la más positiva. Después de todo, el valor actual de las acciones del fabricante galo es el más bajo de los últimos seis años.
Por ahora, todos son rumores cada vez más cerca de materializarse. Eso sí, de darse, a ambas empresas les espera un lío legal extenso y un periodo de reestructuración bastante profundo.
Lea también: Así va la novela de Carlos Ghosn, el prófugo ex-‘hombre fuerte’ de Renault-Nissan