Si bien los vehículos eléctricos estarán en su cartera, GM volverá a darle relevancia a sus modelos de gasolina.
General Motors ha sonado mucho las últimas semanas por las nuevas decisiones que ha tomado en materia de combustión. Los anuncios sobre planes de electrificación y novedades eléctricas se escucharán menos por parte de la automotriz estadounidense, pues ha preferido volver a darle relevancia a sus modelos de gasolina.
Para ello realizará una inversión de apróximadamente 4.000 millones de dólares en sus plantas en Estados Unidos, que se ubican en los estados de Michigan, Kansas y Tennesse, desembolsables durante los próximos dos años. Lo que también responde a las políticas de Trump, que buscan incentivar la producción local de automotrices y empresas de todas las industrias.
Además, ampliar la producción en territorio estadounidense le significará a GM ahorrarse miles de dólares en impuestos adicionales por llevar sus vehículos de fábricas en el extranjero. Frente a esto también tomó medidas recientemente, con el traslado de los Chevrolet Blazer y Equinox de gasolina, de sus plantas en México a centros en EE.UU.
GM: Una reestrucuturación rápida y urgente
De acuerdo a declaraciones de Mary Barra, directora ejecutiva de General Motors, las decisiones responden a su compromiso con la fabricación de vehículos en Estados Unidos. Además, «nos centraremos en ofrecer a los clientes opciones y una amplia gama de vehículos que les encanten (refiriéndose a los modelos de gasolina)», añadió la ejecutiva.
Productos como las Chevrolet Silverado y GMC Sierra eléctricas no se han vendiendo bien, con resultados que no superaron las 3.000 unidades durante el primer trimestre de 2025. Por tal motivo, su producción será reubicada y su planta Orion Assembly en Michigan será ocupada para la fabricación de SUVs y pick-ups de gasolina a partir de 2027.
Se estima que cerca del 50% de la inversión destinada para esta reestructuración se usará a Orion Assembly, donde se realizará la reconversión de líneas originalmente diseñadas para vehículos eléctricos. Mientras tanto, Silverado EV y Sierra EV serán acogidas por la «Factory Zero» de GM.
Un giro en las estrategias de la marca
El objetivo más importante de la automotriz es elevar la producción anual en Estados Unidos a más de 2 millones de unidades, frente a los 1,7 millones de unidades que se fabrican actualmente. A lo anterior hay que sumar la inversión adicional de 888 millones de dólares en la planta de Tonawanda en Nueva York para impulsar la producción de motores V8 de gasolina.
Estando así las cosas, el plan de GM representa una estrategia práctica ante presiones comerciales, menor demanda de vehículos eléctricos y una necesidad de rentabilidad inmediata. ¿Estará yendo por el camino correcto esta vez?
Jessica Paola Vera García