Una exingeniera de Tesla, revivió su batalla legal contra la compañía tras denunciar un fallo de seguridad en el Model S y enfrentar presuntas represalias.

La innovación destacada de Tesla se ve, una vez más, opacada por los escándalos que rodean a la compañía y su controvertido CEO: Elon Musk. Esta vez de la mano de Cristina Balan una exingeniera de la empresa que lleva más de 10 años librando una batalla legal. Esto después de denunciar un peligroso defecto en el Model S que, según ella, se ignoró y luego se castigó con represalias laborales.

El caso se remonta a cuando Balan trabajaba en Tesla y descubrió que las alfombrillas del Model S podían desplazarse durante la conducción, colocándose bajo los pedales y bloqueando potencialmente el sistema de frenado. «Era un riesgo claro para la seguridad de los conductores», explicó Balan en una entrevista reciente con The Times of London.

Siguiendo los protocolos internos, incluso las instrucciones del propio Musk, quien había pedido a los empleados reportar fallos directamente a él, Balan alertó a sus superiores. Pero lejos de ser reconocida por su diligencia, afirma que enfrentó un hostigamiento sistemático.

Tesla gigafábrica Argentina

Acoso laboral

Según su testimonio, tras reportar el problema, a Balan la apartaron de sus funciones habituales, además, la sometieron a un ambiente laboral hostil. Peor aún, asegura que el departamento legal de Tesla amenazó con deportar a varios de sus compañeros de equipo, quienes en ese momento estaban en proceso de regularizar su estatus migratorio en Estados Unidos. «Fue una táctica de intimidación para silenciarme», denunció. Finalmente, en 2014, presentó su renuncia como acto de protesta, pero el conflicto apenas comenzaba.

Tesla no solo desestimó sus preocupaciones, sino que contraatacó con acusaciones públicas. La empresa la señaló de malversar fondos para un supuesto «proyecto secreto», una imputación que Balan siempre ha negado. «Fue una campaña de difamación para desacreditarme», afirmó. En respuesta, ella presentó una demanda por difamación, pero el caso, inicialmente, se desestimó por prescripción. Sin embargo, una reciente resolución judicial ha reabierto la puerta para que su reclamo sea revisado nuevamente en los tribunales.

Hay que decir que este no es el primer caso en el que Tesla y su CEO enfrentan acusaciones de tomar represalias contra empleados que alzan la voz. En 2022, la compañía fue demandada por otro exingeniero, Lukasz Krupski, quien aseguró haber sido despedido tras exponer fallos en los sistemas de piloto automático.

Así mismo, la National Labor Relations Board (NLRB) de EE.UU. ha multado en múltiples ocasiones a Tesla por violaciones a los derechos laborales, incluyendo despidos injustificados de trabajadores que participaron en esfuerzos sindicales.

Gigafabrica Tesla Brasil

Prácticas laborales inapropiadas

Para los expertos, estos casos reflejan una cultura corporativa tóxica. «Tesla promueve una imagen de disrupción y progreso, pero internamente parece operar con prácticas laborales propias del siglo pasado», señaló Sharon Block, profesora de derecho laboral en Harvard, en declaraciones a The Guardian. Según datos de Bloomberg, al menos 17 demandas por represalias o acoso laboral han sido presentadas contra Tesla en los últimos cinco años.

El caso de Cristina Balan expone una contradicción fundamental en Tesla y otras empresas de Elon Musk: mientras lideran la transición hacia un futuro tecnológico, sus prácticas laborales parecen ancladas al sigo pasado. Si bien la compañía ha transformado la movilidad eléctrica, su historial de supuestas represalias contra denunciantes plantea serias dudas sobre su compromiso real con la ética corporativa.

​​LEA TAMBIÉN: Elon Musk anunció su regreso a Tesla: ¿Finalizó su etapa política con Trump?


Paola Reyes Bohórquez.