Al menos así lo pronostica un estudio adelantando por el banco UBS, uno de los 30 más grandes del mundo. La clave estará en el costo de las baterías.
Siempre pasa. Cuando alguien habla de carros eléctricos, tarde o temprano llega a la mesa el argumento de sus altísimos precios frente a los modelos de combustión. No obstante, un estudio señala que eso está a punto de cambiar.
Se trata de una investigación adelantada por el banco de inversión UBS de Suiza, según la cual, la diferencia de costo entre un “verde” y un tradicional bajará en 1.900 dolares ($7’250.000 de nuestro país) para 2022.
Con ese ritmo, indica el análisis, la diferencia entre ambos segmentos se reducirá a cero para el 2024. Este equilibrio acelerado, prevén los suizos, ocasionará un vuelco prácticamente inminente que favorecerá a los autos de baterías.
¿Cómo?
De acuerdo con la ficha técnica, la investigación tomó como base la información sobre las baterías de los autos eléctricos de los siete mas grandes proveedores de las mismas en el mundo, incluyendo a LG, Panasonic y CATL.
Vale recordar que estos componentes son, precisamente, los que encarecen a dichos vehículos. No obstante, los analistas del banco llegaron a la conclusión de que para 2022, el precio de las baterías será de 100 dólares ($381.500 al cambio de hoy) por kWh.
La noticia del balance entre los precios de un carro eléctrico contra los de uno a combustión llega un mes después de que Elon Musk, dueño de Tesla, anunciara que pretende desarrollar baterías más costo-efectivas de forma inhouse para dejar de depender de terceros.
Una carrera
Con semejante anuncio, la industria entra en una maratón que no les conviene a los fabricantes de baterías, pues si cada marca de autos comienza a desarrollar sus propias unidades de energía, terminarán perdiendo a los que, a futuro, serían sus clientes más rentables.
Tesla, por ejemplo, pretende hacer celdas más grandes pero que obliguen al electrón a recorrer una trayectoria eléctrica más corta hacia los motores. Esto significa 16 % más de autonomía y 14 % menos costo por kWh.
Así las cosas “después de 2025 no habrá muchas razones de peso para comprar un auto a combustión”, explicó Tim Bush, analista del banco a The Guardian. Para 2030, agregó, los eléctricos tendrán el 40 % del mercado. Con todo, parece que los autos a combustión quedarán como un placer reservado para los puristas.
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