Clásicos Colombianos

Así se anunció en Colombia al auto más innovador de la posguerra: Tucker (1947)

Tucker Torpedo Sedán 1948

El frustrado Tucker Torpedo Sedán fue un auto revolucionario, hoy de culto. Su posible llegada al país es desconocida en la historia automotriz colombiana.

PUBLICRÓNICA No. 36.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Una película de 1988, recordó este caso a cuarenta años de haber ocurrido. “Tucker, el hombre y su sueño” de Francis Ford Coppola y protagonizada por Jeff Bridges, fue el homenaje de Hollywood a un carro tan adelantado a su epoca, como controversial. En 1948, el Tucker Torpedo Sedán prometía ser el automóvil más avanzado del mundo.

Junto a una línea revolucionaria, ofrecía un sinnúmero de innovaciones que hoy son estándar de la industria automotriz, sobre todo en seguridad. Cinturones de dos puntos, tablero acolchado y parabrisas explusables en caso de choque, eran sus principales argumentos.

A eso se sumaba la inyección de combustible que reemplazaba al carburador, la tercera luz central giratoria con la dirección, puertas que suben hasta el borde del techo y un motor trasero Lycoming tipo Bóxer de seis cilindros, que prometía un consumo entre 40 y 50 km/galón. Este conjunto constituía un antes y un después en medio de las ilusiones sembradas tras la Segunda Guerra Mundial. 

Tucker Torpedo Sedán 1948, publicidad en Colombia.

Tucker Torpedo Sedán: de la ilusión al problema

No obstante, el proyecto se convirtió en un problema judicial para su creador, Preston Tucker. Un carismático e inquieto emprendedor de Michigan, que luego de hacer torretas para aviones de guerra, decidió entrar al ramo automotor buscando desafiar a los tres grandes de Detroit

Hizo pública su idea con mucha publicidad y un gran lanzamiento, pero arriesgó capital emitiendo acciones por anticipado y ofreciendo accesorios en preventa, mientras avanzaba el proyecto.

Esto último hoy lo hacen muchos fabricantes de vehículos, pero en aquel tiempo, las autoridades calificaron la práctica como fraudulenta. La situación empeoró con boicots orquestados desde la industria tradicional, conformada por las tres grandes compañías asentadas en Detroit.

Finalmente, Preston Tucker salió absuelto. La historia lo redimió a costa de acabar con su proyecto automotriz tras producir solo 50 ejemplares, el mínimo exigido para determinar la legalidad de la iniciativa. Este caso, del que hablaremos con detalle en otro artículo, es legendario en la historia automotriz y empresarial de Estados Unidos.

Tucker Torpedo Sedán 1948, publicidad en Colombia.

Esperando al Tucker en Colombia

Aparentemente Colombia no tendría nada que ver con ello, pero tres anuncios publicitarios divulgados por El Tiempo en diciembre de 1947 y mayo de 1948, son toda una sorpresa: el Tucker Torpedo Sedán se anunciaba para su venta en el país.

En el ejemplar del 10 de diciembre de 1947 aparece el primero de ellos. Allí se observa una fotografía del ingeniero Octavio Gaviria, gerente general de la Importadora Tucker de Colombia, junto a un ejemplar visto desde atrás.

La imagen se captó en la planta de Chicago, confirmando que el proyecto iba en serio y con intenciones de exportar. Resalta en letras grandes y frases clave, tanto a la nueva marca como a las características que hacían realmente novedoso al nuevo vehículo.

Un día después sale un segundo anuncio, bajo el formato que hoy se catalogaría como un publirreportaje. En él, una gran foto exhibe al Tucker con un discreto encabezado que reza “¡La maravilla de la posguerra!”.

Tucker Torpedo Sedán 1948, publicidad en Colombia.

Es obvia la toma de semiperfil en exteriores y con buena luz de sol, junto a un pie de foto que repite y amplía los argumentos del día anterior, junto con los datos de la empresa creada para su gestión en el país: Importadora Tucker de Colombia, Ltda., con sede en la calle 17 con carrera séptima de Bogotá. Su intención era distribuirlo en todo el territorio nacional.

Los archivos de El Tiempo permiten localizar un tercer anuncio publicado el 7 de mayo de 1948, a solo dos días de cumplirse el primer mes del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. En este, un gran encabezado expone: “¡Tucker 48!”. Debajo, la silueta ilustrada del modelo y en medio, frases cortas que resaltan que era “nuevo… en todo”.

También aparece el distribuidor, ahora con sede en la misma calle 17 de Bogotá, pero con carrera sexta. Dichos anuncios eran más bien básicos, sin la estética de la publicidad automotriz del momento, incluso de la que se divulgó en Estados Unidos, donde se utilizó el escudo de armas de la familia Tucker como emblema.

Aquella tendencia heráldica marcaría la industria automotriz norteamericana por aquella época. Tal cual, así se pudo ver en los logos de su producción durante las décadas de 1940 y 1950.

Tucker Torpedo Sedán 1948

Tucker Torpedo Sedán 1948

Cancelado

Como es obvio, el colapso de Tucker en Estados Unidos debió obligar a cancelar el proyecto de su venta en Colombia, aunado a las consecuencias del Bogotazo. Ello es digno de una investigación más profunda, pero hay muchas hipótesis sobre la intención de traerlo en un momento tal vez difícil, pero propicio.

Es claro que su papel en el mercado nacional no hubiera sido masivo, en absoluto. Pero con seguridad, tendríamos al menos un ejemplar sobreviviente como pieza de museo.

La historia del Tucker, su ascenso y posterior caída, la contaremos en detalle en una próxima historia en EL CARRO COLOMBIANO.

Vea más de la serie PUBLICRÓNICAS, aquí.


Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes, y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

Óscar Julián Restrepo Mantilla
Administrador de Empresas y Publicista bumangués. Fundador, Director y Gerente General de la Revista Virtual El Carro Colombiano.