Trascurría la década de 1970 y Toyota tenía una propuesta única con la cual quería triunfar en el segmento de casas rodantes.
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El Toyota RV-2 fue un prototipo de casa rodante que pretendía combinar el formato de vehículo de turismo con características que le permitieran a sus ocupantes acampar allí mismo. El modelo fue presentado en 1972 en Japón y se exhibió en Estados Unidos en 1973.
Este proyecto se usaría para medir el interés del público en un ‘caravana’ de aspecto único, especialmente en el mercado estadounidense. Sin embargo, la acogida no fue la espera y por tal motivo el RV-2 nunca llegó a producirse en serie.
Aunque no se captó el interés comercial del vehículo, su diseño fue fotografiado para varias revistas impresas de aquella época, lo que hizo que se hiciera más o menos reconocido. Hay que decir que este fue un segundo intento de casa rodante, porque antes existió el RV-1.
Una alocada casa rodante: Toyota RV-2
Contrario a la idea que tenemos de una casa rodante, el Toyota RV-2 presentó un concepto y formato realmente inesperado. A simple vista podría parecer un sedán o station wagon habitual, pero tenía la capacidad de transformar su carrocería para efectos de acampar.
Sus dimensiones alcanzaban los 4,73 metros de longitud, 1,79 metros de ancho y 1,33 metros de alto. La distancia entre ejes era bastante generosa: 2,73 metros. Su diseño exterior tenía líneas afiladas en su parte delantera y cuadradas en su parte trasera.
Lo verdaderamente interesante comienza aquí. Para convertirse, en lo que fue pensado (una casa rodante) los paneles de la carrocería a partir del pilar B se desplegaban hacia los lados para ampliar el espacio interior y sobre estos se instalaba un techo de lona.
Esto permitía que a bordo del Toyota RV-2 pudieran dormir cuatro personas. Dos en la parte delantera gracias a que los asientos de la primera fila se podía reclinar completamente. Y a partir del nuevo espacio en la parte trasera, dos ocupantes más se acomodaban tranquilamente.
Para la fabricación del prototipo, el fabricante japonés tomó algunas piezas de los Toyota Crown y Mark II. Bajó el capó había un motor a gasolina de 2,6 litros y seis cilindros. La potencia llegaba a los 130 hp y podía alcanzar una velocidad máxima de 190 km/h.
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Jessica Paola Vera García.
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