A pesar de las objeciones de sus padres, la monarca se enlistó al ejército y sirvió a su país como una humilde mecánica.
Sin duda, la Reina Isabel II rompió estereotipos en la realeza británica. Una de sus grandes hazañas fue servir a su país en la Segunda Guerra Mundial.
La monarca eligió ser mecánica de camiones. A sus 19 años se unió como miembro del Servicio Territorial Auxiliar de mujeres, un grupo que sirvió en la guerra en puestos como artillería antiaérea, conductoras y mecánicas.
Con el nombre de Elizabeth Windsor, Su Majestad inició un curso de formación de seis semanas. Pasó un examen de conducción militar, aprendió a leer mapas y trabajó reparando motores, de acuerdo con un artículo de la revista Time.
Siempre conduciendo
La pasión por los vehículos siempre fue evidente en Isabel II. Y es que su padre, el Rey Jorge VI, le enseñó a conducir con tan sólo 13 años de edad.
Su paso por el ejército es un hito, ya que no le importó ensuciarse las manos al intervenir en la mecánica de los vehículos medianos y pesados de la milicia.
Existe un archivo de video en el que se ve al Rey Jorge VI y la Reina Madre visitando el Servicio Territorial Auxiliar en 1945, esto con el objetivo de visitar a la sucesora al trono: Isabel II.
La fallecida monarca siempre disfrutó de los autos, siempre que tenía la oportunidad manejaba su colección de lujo dentro de Balmoral o en las calles de Londres.
Sin licencia
Una particularidad de Su Majestad es que por ser la Reina de Inglaterra nunca tuvo la necesidad de conducir con licencia y sus carros no necesitaban de una matrícula.
Como es costumbre en Gran Bretaña, todos los documentos públicos son expedidos en nombre del monarca, por lo que no había necesidad de dicho papeleo por parte de la Reina.
Isabel II dejó de conducir su lujosa colección de autos a los 93 años, ya que podría ser un acto que preocuparía al pueblo inglés. Sin embargo, en el garaje de la realeza reposan los modelos más icónicos que manejó durante sus casi 70 años de regencia.
Ahora el turno de la conducción es para el Rey Carlos III, quien heredó esta envidiable colección de vehículos, en el que se encuentra su favorito: el Aston Martin DB6 de 1969 que le obsequió la Reina Isabel II para su cumpleaños 21.
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Paola Reyes Bohórquez.
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