La descontinuación del sedán alemán es una nueva señal de la supremacía del segmento SUV en el país norteamericano. Su producción continuará en Europa.
La caída del segmento sedán parece seguir su curso con la pérdida de un nuevo integrante. En esta ocasión se trata del Volkswagen Passat, que dejará de ser fabricado en Estados Unidos a partir de 2023.
Así lo confirmó Ralf Brandstätter, CEO de la marca, a Wards Auto indicando que el lugar del sedán alemán en la planta de Tennessee como nuevo compañero de los VW Atlas y Atlas Cross será tomado por el eléctrico ID.4.
De esta manera, el cierre de la producción del sedán a nivel de Norteamérica coincide con el final del ciclo de ocho años de la actual generación, que recibió un facelift a inicios del año pasado.
Las razones
Aunque aparentemente sorpresiva, lo cierto es que la despedida del Volkswagen Passat era algo que se podía predecir si se tenían en cuenta las cifras de ventas del sedán de los últimos años.
Después de todo, y según cifras de CarSalesBase.com, solo para 2018 las ventas del auto representaban apenas un tercio de lo vendido en 2012, por lo menos a nivel de Estados Unidos. Sólo el año pasado vendieron 14.123 unidades ahí mismo.
Antes las cifras, los de Wolfsburgo llegaron a la conclusión de que el sedán no tiene cabida en un mercado “firmemente en favor de los modelos SUV”, afirmó el gerente de la marca.
¿Definitivo?
Aunque es verdad que el Volkswagen Passat desaparecerá en Estados Unidos, también lo es que el auto seguirá existiendo en los demás mercados donde se vende en la actualidad: Europa, Medio Oriente, Corea del Sur y China.
En este sentido, el sedán pasará de ser fabricado en Alemania a Eslovaquia. Aparte de ello, se sabe que los diseños de la nueva generación ya están adelantados y lo montan sobre la renovada plataforma MQB.
Así, mientras el Passat pasa a ser más largo entre los ejes para el resto del mundo, la planta de Tennessee recibe una inversión de 800 millones de dólares de cara a la producción eléctrica.
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