Desde el 1 de diciembre, algunas de las empresas tradicionales de buses intermunicipales en Colombia aumentaron sus tarifas. El ajuste llega en plena temporada de vacaciones de fin de año.
Desde el pasado 1 de diciembre, algunas empresas de transporte intermunicipal en Colombia aplicaron un ajuste a las tarifas de varias rutas del país. Este incremento se venía anticipando desde mediados del año, todo debido a los costos crecientes del sector transporte, y que ahora se confirma oficialmente bajo la metodología establecida por el Ministerio de Transporte.
De acuerdo con Concorde, una de las compañías de transporte que aplicará el reajuste en la tarifa, todos los trayectos entre ciudades y municipios operados por su red deberán pagarse bajo los valores actualizados durante todo el mes. “Si necesitas viajar, estas son las tarifas aplicables para diciembre 2025 en nuestras rutas de Líneas Concorde”, indicó.
Este aumento se explica por múltiples factores económicos que presionan la operación. Por ejemplo, insumos como el combustible, el mantenimiento de la flota, salarios, llantas, seguros, impuestos y recuperación de capital. El Ministerio exige que cada empresa calcule sus nuevas tarifas con base en estos componentes, lo que en época decembrina suele traducirse en incrementos más amplios debido a la mayor demanda.
Tarifas más altas
Es de anotar que esta empresa opera en los departamentos de Boyacá, Atlántico, Cesar, Santander, Norte de Santander, Bolívar, Magdalena y La Guajira, regiones en las que diciembre representa uno de los meses de movilidad más altos del año debido a vacaciones, celebraciones familiares y retorno de viajeros.
Las nuevas tarifas muestran variaciones importantes en rutas clave. En tal sentido, un pasaje entre Barranquilla y Valledupar ahora cuesta $85.000, mientras que el trayecto Barranquilla–Maicao queda en $69.000. En el centro del país, viajar desde Bogotá hacia destinos como Aquitania o Monguí cuesta $65.000. Por su parte, rutas más extensas, como Bogotá–Cúcuta, ascienden a $215.000, convirtiéndose en una de las más altas.
Hay que decir que los precios aplican también a rutas regionales como Tunja–Duitama por $16.000, o Duitama–Belén por $13.000, valores que aunque menores en comparación, igualmente registran incrementos frente a años anteriores.
Transporte terrestre, opción ideal
Estas variaciones llegan en un contexto donde el transporte terrestre permanece como la opción más utilizada por los colombianos. De acuerdo con cifras del Ministerio de Transporte, más de 14 millones de personas viajaron por carretera durante diciembre de 2024, mientras que los desplazamientos aéreos superaron los 10 millones en ese mismo periodo.
Para 2025, las proyecciones del sector indican que estas cifras se mantendrán o crecerán ligeramente debido a la recuperación económica y al aumento del turismo local. A pesar del alza en buses, la diferencia frente al transporte aéreo sigue siendo abismal.
En temporada alta, un tiquete aéreo puede costar hasta cinco veces más que uno terrestre, lo que hace que gran parte de la población siga eligiendo el bus como medio de transporte principal. Por ejemplo, mientras un viaje en bus de Bogotá a Cúcuta cuesta $215.000, un tiquete en avión para la misma ruta puede alcanzar los $861.000, según comparaciones en portales de venta. Algo similar ocurre con Bogotá–Bucaramanga, con tarifas terrestres de $131.000 frente a hasta $598.000 por vía aérea.
Aliste el bolsillo
El incremento tarifario coincide con un cierre de año marcado por la alta demanda en terminales, el aumento general de precios por temporada y las expectativas respecto al salario mínimo y el IPC que regirán en 2026, indicadores que también influyen en los ajustes del sector. Para quienes viajan entre municipios, especialmente en regiones como Boyacá y Santander, donde rutas intermunicipales son esenciales para actividades laborales y familiares, el impacto se sentirá durante todo diciembre.
Si bien los incrementos tienen una justificación técnica y responden a las dinámicas del sector, los usuarios terminan asumiendo buena parte del ajuste económico en una temporada donde el transporte debería ser más accesible.
Paola Reyes Bohórquez.
