La famosa «Fábrica de Cristal» de Volkswagen en Dresde-Alemania ya no producirá vehículos, pero no cerrará del todo.
La planta Gläserne Manufaktur, conocido popularmente como la «Fábrica de Cristal» de Volkswagen en Dresde, Alemania, ha finalizado oficialmente la producción de vehiculos. Un cese de operaciones permanente que se da después de 24 años como referente tecnológico de la marca y centro que acogió a importantes modelos VW.
Sin embargo, el edificio seguirá en funcionamiento a partir de un acuerdo entre la automotriz alemana y la Universidad Técnica de Dresde, para que la «Fábrica de Cristal» funcione como un campus de investigación y desarrollo dedicado a inteligencia artificial, robótica y diseño de microcomponentes, garantizando que las instalaciones sigan estando vivas.
Es la primera vez en la historia de Volkswagen que una de sus fábricas alemanas cierra, pues la reestructuración operativa y financiera de la compañía obligaron a tomar la decisión. Dicho centro de producción fue escogido para el cierre, entre otras cosas, por la baja ocupación de las líneas de ensamblaje que apenas llegaba a 6.000 unidades.

Volkswagen Gläserne Manufaktur: una fábrica icónica
Inaugurada a principios de la década de los 2000, la Gläserne Manufaktur o «Fábrica de Cristal», abrió como un proyecto singular: una fábrica transparente en el centro de la ciudad. En su momento se concibió con el objetivo de producir vehículos de lujo, así como para atraer visitantes y servir de vitrina tecnológica para la automotriz.
El primer modelo en producirse allí fue el Volkswagen Phaeton, el sedán de alta gama de la marca. Con el tiempo, la planta fue cambiando y adaptándose a los nuevos modelos que se diseñaban y lanzaban al mercado, hasta llegar a especilizarse en vehículos eléctricos. También fue el primer centro de producción del hatchback ID.3, fabricándolo hasta su última etapa de funcionamiento.
Además la «Fábrica de Cristal» ganó reputación, ya que funcionaba como centro de experiencias para clientes, convirtiéndola en un referente cultural y turístico de Dresde. En ese sentido, se espera que las instalaciones sigan abiertas al público y sigan siendo un punto atractivo para las personas que visitan dicha ciudad alemana.

Volkswagen atribuyó la decisión a una combinación de factores económicos y de estrategia industrial. La planta es de pequeña capacidad productiva respecto a la escala global del grupo, y se enfrentaron retos como la baja demanda en algunos mercados y dificultades en la cadena de valor. Así mismo, mantener una planta de bajo volumen y alto costo operativo no es una prioridad.
La compañía también dijo que redirigir la «Fábrica de Cristal» hacia un edifición para usos de investigación y desarrollo aprovechará mejor las instalaciones en un momento donde la competitividad de software, inteligencia artificial y electrónica apremia. El último ejemplar en salir fue un Volkswagen ID.3 GTX que se exhibirá con la firma de todos los empleados de la planta.
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Jessica Paola Vera García.







