El objetivo de la eliminación de autos nuevos de combustión en 2035 de la Unión Europa, no convence a Renault y Stellantis.
Como una utopia y un razonamiento idealista, ha sido calificado el objetivo de eliminar los autos nuevos de combustión en 2035, en los países de la Unión Europea. Planteado hace un par de años atrás y respaldado por políticas aprobadas en 2024, los fabricantes automotrices europeos crítican las decisiones de la UE y las califican de no ser realistas.
En una entrevista publicada esta semana por el periódico francés Le Figaro, John Elkann, presidente de Stellantis, y Luca de Meo, director general del Grupo Renault, expresaron su preocupación por el futuro de la industria automotriz europea. El punto crítico en común: la producción de vehículos eléctricos pequeños y asequibles.
El principal argumento es que, hoy por hoy, las políticas de la Unión Europea parecen favorecer la fabricación de vehículos eléctricos grandes y caros. Situación que dificulta la rentabilidad de los modelos compactos. Una preocupación que no solo plantea un tema de costo para los fabricantes, sino para la mayoría de consumidores que no pueden permitirse un EV de este tipo.
Un llamado a repensar las políticas EV en Europa
La conversación entre Elkann y De Meo con Le Figaro, pone de manifiesto la urgente necesidad de que Europa adapte sus políticas para apoyar la producción de vehículos eléctricos pequeños y asequibles. Un panorama poco optimista si las cosas siguen igual, es la reestructuración de fábricas europeas de vehículos y pérdida de empleos.
Ambos corporativos coinciden en que las normativas europeas han sido influenciadas por fabricantes premium que orientan su producción regional a la exportación. Este desequilibrio en las regulaciones que no les cuesta a todos por igual, hacen que los costos de los vehículos aumenten, y como lo dijimos, alejándolos del alcance de muchos consumidores.
Propuestas para el futuro
Una propuesta que surgió en medio de estas declaraciones, es que se puedan establecer regulaciones dierenciadas que tengan en cuenta las características de los vehículos, ya sean grandes y lujosos, como pequeños y estandarizados. Más incentivos en este último caso, fomentaría la producción y venta de más vehículos eléctricos en Europa.
La situación en el viejo continente es que, muy a pesar de que es una de las regiones que más ha promovido la adopción de vehículos ‘cero emisiones’, las ventas de EVs en esta parte del mundo no despegan e incluso, han disminuido. 2024, dejó al mercado europeos de eléctricos en números rojos y en lo que va de 2025 se mantiene la tendencia.
No es que no exista interés por parte de los consumidores europeos en comprar vehículos eléctricos, solo que para la mayoría aún son impagables. También resulta caro para las automotrices producir en Europa, optando por trasladar sus líneas de ensamblaje a países en otras regiones. Siendo así, el viejo continente podría convertirse únicamente en un receptor de productos.
Elkann y De Meo cruzan los dedos para que sus palabras hagan eco en la Unión Europea.
Jessica Paola Vera García.