Contradiciendo sus declaraciones iniciales, Ford incrementó hasta $2.000 dólares el precio de modelos fabricados en México, luego de los aranceles impuestos por EE.UU.
En un giro inesperado, Ford incrementó los precios de tres de sus modelos fabricados en México: el Mustang Mach-E, el Bronco Sport y la camioneta Maverick. Este ajuste, que alcanza hasta $2.000 USD, se produce pocos días después de que su CEO, Jim Farley, afirmara que no realizarían cambios inmediatos en los precios hasta evaluar las acciones de sus competidores frente a los nuevos aranceles del 25% impuestos por el presidente Donald Trump.
El aumento entró en vigor el pasado 2 de mayo y afecta a los vehículos producidos después de esa fecha. Según un memorando interno dirigido a los concesionarios, los precios del modelo eléctrico Mustang Mach-E subieron hasta $2.000 USD. Mientras que el Bronco Sport aumentó hasta $1.200 USD y la Maverick hasta $1.150 USD.
Un portavoz de Ford confirmó que estos incrementos responden a una combinación de ajustes habituales de mitad de año y al impacto parcial de los nuevos aranceles. Es importante destacar que estos aumentos no se aplicarán a los vehículos que ya se encuentran en los inventarios de los concesionarios.
Impacto significativo
No obstante, la decisión de Ford deja entrever la presión que enfrentan los fabricantes de automóviles para absorber mayores costos sin frenar la demanda. Muchos consumidores están anticipando sus compras para evitar pagar precios más altos una vez que los aranceles se reflejen por completo.
El impacto de los aranceles en la industria automotriz es significativo. Ford estima que los aranceles podrían representar un costo adicional de $2.5 mil millones en 2025, aunque espera reducir esa carga en aproximadamente $1 mil millones. Por su parte, General Motors anticipa costos relacionados con aranceles de entre $4 y $5 mil millones, buscando compensar al menos el 30% de ellos. Toyota proyecta $1.2 mil millones en aranceles solo para abril y mayo. Estos costos adicionales podrían traducirse en aumentos para los consumidores, afectando la competitividad de las marcas.
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Entre tanto, el presidente Trump criticó la decisión de Ford, sugiriendo que era una táctica de negociación y asegurando que los consumidores estadounidenses no asumirían el costo de los aranceles. Sin embargo, expertos de la industria y economistas argumentan que los fabricantes de automóviles deben trasladar estos costos para evitar pérdidas en las ganancias.
En conclusión, la decisión de Ford de aumentar los precios de sus modelos fabricados en México refleja las tensiones actuales en la industria automotriz. Todo debido a las políticas comerciales de la administración Trump. A medida que los fabricantes enfrentan mayores costos y desafíos en la cadena de suministro, los consumidores podrían ver un aumento en los precios de los vehículos, esto podría afectar las decisiones de compra y la dinámica del mercado en general.
Paola Reyes Bohórquez.
