La ACEA instó a los Estados miembros de la Unión Europea a flexibilizar los costos de cumplimiento de emisiones de CO2.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, ACEA, encendió las alarmas sobre los desafíos que enfrentan las marcas para cumplir con los estrictos límites de emisiones de CO2 establecidos por la normativa CAFE (Corporate Average Fuel Economy).
Y es que, a partir de 2025, los carros vendidos en la UE deberán limitar sus emisiones promedio a 93,6 gramos de CO2 por kilómetro, con sanciones de 95 euros por gramo excedido, multiplicado por cada unidad vendida.
Estas penalizaciones, sumadas al descenso en la demanda de autos eléctricos y la creciente competencia de fabricantes chinos, podrían generar costos millonarios para las marcas europeas, justo cuando el sector intenta recuperarse del impacto económico global.
La propuesta de Alemania
Para aliviar la presión sobre los fabricantes, Alemania ha propuesto flexibilizar los periodos de cumplimiento de las emisiones, permitiendo que los déficits de 2025 se compensen en los años 2026 y 2027, cuando se espera que la tecnología permita reducir aún más las emisiones.
La anterior postura ha sido respaldada por la ACEA, que pide «actuar ahora» para evitar consecuencias desproporcionadas en la industria. Sigrid de Vries, directora general de ACEA, subrayó que la transformación hacia una movilidad verde está siendo obstaculizada por factores fuera del control de los fabricantes, como la falta de infraestructura de recarga adecuada y los insuficientes incentivos para la compra de vehículos eléctricos.
“Sólo los fabricantes soportan el peso de una transformación obstaculizada por factores que escapan a su control, como una infraestructura de recarga inadecuada y unos incentivos de compra insuficientes», indicó la vocera en el comunicado.
De Vries también consideró alentador que los Estados miembros discutan soluciones concretas, como la introducción de periodos plurianuales para el cumplimiento de emisiones y el uso flexible de créditos de CO2.
El camino hacia la movilidad verde y la neutralidad climática
A pesar de las dificultades, la ACEA reafirmó su compromiso con los objetivos de neutralidad climática para 2050. Sin embargo, advierte que sin apoyo adicional por parte de los gobiernos de la UE, el sector automovilístico europeo podría enfrentar graves problemas estructurales que afecten su competitividad a nivel global.
El llamado de ACEA refleja la compleja transición hacia la movilidad sostenible en Europa. Si bien la reducción de emisiones es crucial para combatir el cambio climático, es evidente que las políticas deben equilibrar las exigencias medioambientales con la viabilidad económica de los fabricantes. En tal sentido, sin el apoyo adecuado, los objetivos climáticos corren el riesgo de ser inalcanzables, y Europa podría ceder terreno frente a competidores asiáticos.
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Paola Reyes Bohórquez.