Tras insistentes peticiones de las automotrices del viejo continente, Unión Europea les da un respiro con sus políticas.

A la par de la presión por la prohibición de la venta de vehículos nuevos de gasolina en 2035, a las automotrices europeas y otras que fabrican en territorio europeo, las perseguían las multas por emisiones que debían asumir por sus modelos de combustión en circulación. Las previsiones de un futuro opacado por marcas extranjeras llevó a insistentes peticiones a la Comisión Europea.

Después de meses de solicitudes por parte de los fabricantes de automóviles e intentando mantenerse firme en su posición, el pasado fin de semana los representantes de la UE se reunieron para decidir la modificación de las políticas de multas por emisiones. La moción fue aprobada con una evidente mayoría que aboga por un mejor porvenir para la industria automotriz europea. 

En total fueron 458 votos a favor de ajustar la normativa vigente, 101 en contra y 14 participantes se abstuvieron de votar. Siendo así, el Parlamento Europeo tuvo que aprobar la propuesta de la Comisión Europea que permite a las automotrices calcular sus objetivos de emisiones de CO2, en función del rendimiento medio entre 2025 y 2027, y no por año como se había establecido.

Políticas de emisiones automóviles Europa

Un alivio económico para las automotrices europeas

Si bien se seguirán aplicando multas por cada gramo de C02 excesivo por kilómetro, las automotrices ahora tendrán la oportunidad de compensar los excesos de un año, con mejores resultados en los años siguientes. Un sistema que les permite reducir el margen de sanciones inmediatas y por supuesto, un alivio económico y menos presión en el proceso de transición energética.

Se suponía que la estrategia más efectiva para evitar las multas era desarrollando y produciendo modelos 100% eléctricos. Sin embargo, ya sabemos que ha pasado con ese tema, pues las proyecciones de la Unión Europa y las de los propios fabricantes no se están cumpliendo.

Producir vehículos ‘cero emisiones’ no es barato, sumado a la agresiva competencia de marcas chinas y las limitaciones que tienen los clientes para comprarlos, especialmente hablando de los productos que ofrecen los fabricantes europeos. En su mayoría no han logrado un modelo lo suficientemente asequible y por otro lado, la mayoría de EVs son modelos premium.

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Un panorama más alentador

La decisión de la Comisión Europea de flexibilizar las políticas de emisiones, permitirá mantener activa la producción de vehículos de gasolina que pueden llegar al público masivo, a la par que se avanza con seguridad en el desarrollo de propuestas de movilidad eléctrica que puedan igual los costos y precios que se pagan con la combustión.

También le permitirá a las automotrices europeas respirar relativamente tranquilas, pues si el uso de vehículos 100% eléctricos deja de ser una urgencia, la oferta de marcas chinas de eléctricos no será indispensable y la industria europea podrá seguir siendo competitiva, superando el miedo a que Europa se volviera, únicamente, en un receptor de vehículos extranjeros.

En una aparente calma, la decisión de la Comisión Europea no es la solución definitiva, y representantes de los fabricantes de automóviles europeos piden que se diseñe un plan coherente, realista y a largo plazo que garantice la estabilidad del sector mientras se trabaja en el cumplimiento de los objetivos de neutralidad de carbono.

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Jessica Paola Vera García. Vía: Motor1.