El Ford Falcon trascendió a su origen norteamericano al extremo opuesto del continente, donde se hizo un modelo de culto por mérito propio.

PUBLICRÓNICA INTERNACIONAL No. 2.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Nació realmente en Estados Unidos a finales de 1959 como modelo del año siguiente, buscando incursionar en el nuevo segmento de autos compactos creado por los europeos. Con líneas simples pero notablemente más modernas que las de los autos de ese tiempo, el Ford Falcon surgía como el segundo carro de casa, más pequeño y cómodo para una familia.

Durante una década, pasó por tres generaciones. Y aunque fue discreto, resultó ser la respuesta correcta del momento: la prensa especializada afirmó con acierto que, desde el modelo A, Ford no había creado un modelo tan ajustado a las necesidades del público. De hecho, sobre su base, nació el aún vigente Mustang.

Pero dos países lo adoptaron como propio: Australia y Argentina. En el segundo caso, su llegada coincidió con el fortalecimiento de su industria automotriz local. Inicialmente armado con CKD del modelo ’62, un año después tomó la base del modelo ’63, misma que tuvo durante tres décadas. Tiempo suficiente para que Argentina lo adoptara como uno de sus grandes símbolos automotores.

Ford Falcon 1962

Ford Falcon 1962

Ford Falcon argentino: publicidad abundante

Casi 30 años permitieron generar publicidad constante para el Ford Falcon argentino. Allí se identifica, tanto la evolución del modelo, como de los anuncios mismos que vislumbran cambios socioculturas y estéticos que los rodearon.

Dejando fuera la expectativa, se identifican con claridad las etapas de vida del producto en el mercado: lanzamiento, posicionamiento, sostenimiento y relanzamiento.

En las primeras campañas, insertas en la estética heredada de la posguerra norteamericana, es común el uso de ilustraciones a color con usuarios alegres y elegantes dentro del vehículo. Los valores corporativos de la marca, afincados en la sobriedad, son recurrentes frente a la publicidad global. Y hay profusión de textos, como correspondía a los hábitos de lectura del momento.

Ford Falcon 1963

Ford Falcon publicidad Quino

Aunque esto era común en la publicidad de su competencia, el Ford Falcon sobresalió y se posicionó como vehículo de lujo. Por eso, se tomó ciertas licencias anticipatorias como la de autoproclamarse «el modelo T del año 2000». Otro factor a resaltar de su lanzamiento fue su Garantía 12-20, mecanismo inédito en su momento y que se promovía hasta con calcomanía en su parabrisas.

Hasta Joaquín Salvador Lavado, «Quino», autor de Mafalda, participó en la publicidad de los centros de servicio Ford con plena identificación del Falcon en su plumilla. Parece insólito, pero no fue la única vez que este auto se anunció desde caricaturas.

Para 1961, en Estados Unidos, este auto fue presentado por Charlie Brown y Snoopy de Charles Schulz. A su vez, inspiradores de Mafalda.

Ford Falcon 1970

Ford Falcon 1973

«Más gaucho que gringo»

Al entrar 1970, mientras el nombre Falcon desaparece en Estados Unidos, en Argentina apenas llega a la plenitud de su vida. El auto recibió su primera actualización, y la publicidad misma generó un sesgo que la definió en paralelo, junto con el producto. En la competencia prevalecía el origen europeo, más compacto y económico, pero el Falcon brillaba con luz propia en medio de ese escenario.

En razón a su robustez, calidad y valorización como usado, se crearon nuevas campañas con eslóganes específicos: «Falcon, el hobby de Ford» fue uno de ellos, basado en la constante reinvención del modelo. La llave de encendido, puesta en medio de la letra «O» del nombre, encabezaba la frase que rezaba «Falcon, creador de confianza».

Luego, la cercanía ya evidente entre el modelo y sus usuarios llevó a la frase «Un amigo de fierro», o las alusiones a todo lo que fuese tranquilamente funcional a «El valor de lo probado». Pero si quedaban dudas de la identidad con el país, la aparición de comerciales en color a mediados de los setenta ya lo definían todo, con su trasfondo musical a ritmo de tango.

Ford Falcon 1978

Ford Falcon 1978

Argentina y Falcon ya eran palabras sinónimas cuando llegó el rediseño de 1978, año del mundial de fútbol, en el que pasó a la historia con el eslógan de «El Clásico Argentino». El bandoneón y el piano porteños aparecerían sonando en más comerciales que incluyeron sus comprobados usos como taxi, patrulla policial y hasta sus éxitos deportivos en el campeonato argentino TC, sumando frases como «La Virtud Irremplazable».

Esta identidad resultaba precisa en momentos controversiales que, por entonces, relacionaban al Ford Falcon negativamente con acciones de la dictadura militar. Hasta el Renault 12 creó su propio comercial de respuesta, con el eslógan de «El auto de mi país».

Su última generación apareció en 1982, con múltiples mejoras a una línea con 20 años en el mercado. Para esa década final, solo quedaba el sostenimiento con una reputación que emparentaba al carro casi con la eternidad. En 1985 se registra el último comercial del Falcon, que cita que muchos autos prometieron durabilidad, pero habían «perdido el tren» en pocos años.

Ford Falcon 1982

Ford Falcon 1982

Despedida obligada

La breve apertura de finales de los años setenta que actualizó el mercado argentino, la modernidad de modelos europeos y japoneses y una gama más diversa dentro de Ford, marcaron un final que finalmente se dio en 1991. Para ese momento, ya era simplemente una referencia más del catálogo del óvalo azul, que ya tenía otras estrellas como Escort y Sierra.

El caso del Ford Falcon argentino, y la de competidores como R12, Peugeot 504 y hasta el Dodge 1500 con marca Volkswagen, fue similar a otros en la industria automotriz mundial, con modelos que duran más de lo esperado en países emergentes distintos a los de su creación original. Fue el único norteamericano compacto sobreviviente por tanto tiempo en ese país, enterrando incluso al Torino de IKA-Renault, considerado el «Maradona» o «Fangio» de los carros argentinos.

Por mérito propio, este «modelo T gaucho» ha sido digno de muchos estudios que incluyen las luces y sombras antes descritas. Se puede afirmar que el Falcon argentino es un excelente caso didáctico para estudiosos publicitarios del automóvil latinoamericano  y mundial.

Ford Falcon: publicidades en Video

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BIBLIOGRAFÍA:

  • FEDER, Gustavo L. Un siglo de autos argentinos. De la promoción a la reconversión automotriz: fábricas de capital extranjero. Lenguaje Claro editores, Buenos Aires, 2020.
  • FEDER, Gustavo L. Falcon, un clásico hecho historia.

CRÉDITOS:

  • Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
  • Imágenes: Todofalcon.com.ar, Archivo de Autos.
  • Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.