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Pese a su parecido con los modelos californianos, y la polémica que lo ha rodeado, el SUV asiático pretende convertirse en una oferta global de precio amigable.
Cada que vemos un nuevo auto eléctrico, sobre todo proveniente de alguna empresa relativamente nueva, la primera reacción es hablar del “nuevo Tesla”, o del “anti-tesla”. El Xpeng G3 no ha sido la excepción.
Esto, sobre todo, por que se trata de un auto de raíces chinas que toma mucho de los Model X y Y de la marca Californiana. Pero ¿por qué hablar de un carro que existe desde 2018?
Como sucede con las marcas del gigante asiático que alcanzan algún nivel de éxito en su país, Xpeng está comenzando a mirar hacia otras regiones para expandirse, y acaba de anunciar que su primer destino será Noruega.
A la meca
Sin duda, la llegada de las primeras 100 unidades del Xpeng G3 al país nórdico será un termómetro de su potencial. Después de todo, se trata de la nación con mayor participación de eléctricos dentro de su mercado automotriz.
Para ello llegan con dos opciones: una de 66,5 kWh, de 520 km de autonomía y otra de 50.5 kWh con 401 km, según el ciclo NEDC que ya está mandado a recoger, por lo que se puede esperar menos.
Adicionalmente cuenta con un motor en cada eje y un sistema de carga rápida que le permite pasar del 30 al 80 % de la batería en apenas 43 minutos. Con todo, tiene 300 Nm de torque y 170 km/h de velocidad máxima, según el sitio oficial del auto para Noruega.
Polémica
Como ya dijimos, el parecido del Xpeng G3 con los modelos de Tesla ha sido amplio tema de conversación entre los círculos especializados. Después de todo, no solo el interior del auto es muy similar, también lo son muchos de sus sistemas.
Más allá del panel minimalista y el sistema de infoentretenimiento tipo tablet, con acceso a todo tipo de aplicaciones, está el sistema de ayudas a la conducción Xpilot, claramente inspirado al Autopilot de Elon Musk y equipado con 12 radares ultrasónicos, cámaras de alta definición y capacidades autónomas de nivel 2.
No obstante, cabe recordar la excusa de la marca china, que recientemente debutó con éxito en la bolsa de Nueva York: Tesla convirtió sus patentes en un bien público en 2014 y cualquiera puede usarlas, mejorarlas y crear empresa.
Con todo, lo que más llama la atención es el precio de entrada del auto: 32.000 euros, $145.165.306 sin impuestos en nuestro país, que lo colocan a la mitad del precio del Model Y de Tesla.
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