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Aunque a simple vista parece ser el mismo auto que conocemos desde 2014, la nueva versión del sedán de lujo trae cambios sustanciales, como una nueva plataforma.
Luego de mucha anticipación, y tras una generación que se mantuvo vigente durante 11 años —con actualización en 2014— hoy por fin pudimos conocer una muy renovada versión del Rolls-Royce Ghost.
Aunque por fuera el auto parece prácticamente el mismo, hecho que la propia marca británica admite, lo cierto es que, bajo la carrocería el auto es uno casi distinto. De hecho, de los tres componentes que se mantienen dos son el Espíritu del Éxtasis, al frente, y las sombrillas, escondidas en las puertas.
El sedán de lujo es tan diferente de su predecesor que incluso cambia de plataforma. Mientras la generación pasada se montaba sobre la F01 del BMW Serie 7 del 2008, esta utiliza la base modular Luxury, del Phantom y el Cullinan.
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Mejor mecánica
Con este cambio, el Rolls-Royce Ghost se convierte en un auto más ligero, fuerte, ágil y espacioso. De hecho, gana 8,8 cm de largo y 3 cm de ancho, para unas medidas de 5,5 m X 1,97 m X 3,3 m.
Esto no solo permite una mayor rigidez torsional, y una mejor acústica de cabina, sino que también dan mejor lugar al tercer elemento inalterado: el motor V12 twin turbo de 6,8 litros, 563 caballos de potencia y 850 Nm de torque.
Esto conectado a una caja automática de 8 marchas y, por primera vez en un sedán de la marca, un sistema All Wheel Drive. Esto le permite alcanzar los 100 km/h en apenas 4,6 segundos y lograr una velocidad máxima de 250 km/h.
Adicionalmente, cuenta con una suspensión neumática apoyada por un sistema de lectura óptica que anticipa y prepara a todo el sistema para una imperfección en el camino. La transmisión, por su parte, se apoya en el GPS para predecir curvas, cambios de marcha y mejorar la maniobrabilidad de la dirección.
Nuevo diseño
Por otra parte, el Rolls Royce estrena una silueta en sintonía con el sentido de post opulencia del que viene hablando la marca desde hace un mes. Esto se puede ver, por ejemplo, en el parachoques más estilizado y recto.
Este ultimo le resta protagonismo a la parrilla y da paso a un conjunto de luces más sencillo, que ahora emplea tecnologías LED y laser. Las luces internas también se actualizan con un efecto de “estrellas” con 800 puntos de luz entre el techo y el salpicadero.
Finalmente, el cuadro de instrumentos se pasa a la era digital con pantallas TFT y se agrega un headup display. El resto del interior del vehículo opta por un ambiente menos opulento con materiales metálicos, en madera y cuero, y puertas de cierre y apertura automática. Todavía no se ha confirmado su precio.
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