Casi un año después de su lanzamiento, el primer superauto híbrido de Lamborghini, el Sián, obtiene versión Roadster, sin techo de ningún tipo. Todas las unidades ya tienen dueño.
Pocas veces al año tenemos noticias de Lamborghini, por eso cuando la casa italiana publica algo, todos prestamos atención. En ese sentido, el lanzamiento del nuevo Sián Roadster no es la excepción.
Se trata, ¿cómo no?, de la versión sin techo del hiperauto presentado en septiembre pasado por el fabricante de Sant’Agata Bolognese, pero que también llama por ser el primer híbrido de la marca.
Otro aspecto igualmente llamativo del auto es que, al igual que la versión original, su producción también estará limitada, esta vez no a 63 unidades como aquella, sino a 19. Lastimosamente, todas ellas ya tienen un preacuerdo de compra.
Dinámico
Como es de esperar, el Lamborghini Sián Roadster también está equipado con el motor V12 atmosférico de 785 HP y el eléctrico de 48 voltios y 34 HP, para una potencia total de 819 caballos de potencia.
Mientras el primero se encarga de las tareas de alto desempeño, el segundo está directamente conectado a la caja de cambios para asegurar una respuesta dinámica inmediata y ocuparse de las maniobras de reversa y parqueo.
Juntos logran un impresionante salto de 0 a 100 km/h en apenas 2,9 segundos y una velocidad máxima de 350 km/h. El hecho de que la posición del propulsor sea central y envíe la tracción a las cuatro ruedas es apenas lógico.
Capaz
Si bien el único cambio real entre el Lamborghini Sián Roadster y su versión original es la ausencia de techo, vale la pena recordar algunas de las características que lo convierten en un hiperauto tan interesante.
En este sentido, la principal innovación del auto tiene que ver con contar con una batería de litio con supercondensador, tres veces más ligera que una batería convencional de las mismas capacidades y de comportamiento simétrico.
Esto último quiere decir que la batería se descarga y descarga con la misma potencia, permitiendo que cada frenada la recargue prácticamente por completo y facilitando un aumento en potencia 10 % mayor al de un auto convencional cada que se acelera. Esto a su vez evita la pérdida de torque entre cambios de marcha.
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