Invitamos a una mujer conocedora del automovilismo y apasionada por los «fierros» a conocer lo que, en teoría, sería la antítesis de un vehículo convencional: un auto eléctrico, en este caso, el BMW i3.
Es un hecho que diversas marcas de carros han incursionado en la movilidad eléctrica, una vertiente que cada vez se fortalece en el mundo y que en nuestro medio, a pesar de sus altos costos de adquisición y la falta de estaciones públicas de recarga rápida, logró que durante el año 2015 se vendieran en Colombia 184 vehículos eléctricos.
Pero, ¿qué opinión le merece un vehículo eléctrico a una persona aficionada al automovilismo, a los motores a combustión y los «fierros» en general?
Para averiguarlo invitamos a Carolina Moreno Hurtado, una administradora de empresas bogotana de 33 años, quien desde su adolescencia mostró un creciente interés por este tipo de temas, al punto de adquirir conocimientos en mecánica y participar en diferentes competencias de karts. Su auto favorito es el Honda Accord modelo 1994, un japonés «de pura cepa» diametralmente diferente en mecánica, concepción y diseño al BMW i3 que hoy nos ocupa.
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Luego de compartir durante una intensa jornada con nuestro equipo de trabajo a bordo del i3, esta es la opinión de Carolina sobre el auto eléctrico alemán:
«Atendiendo la invitación de la Revista Virtual El Carro Colombiano para vivir un día a bordo del BMW i3, recorrimos la ciudad en diferentes tipos de terreno y a diferentes velocidades. La primera impresión al verlo es de gran asombro, pues en definitiva, se sale del molde de BMW abriendo así un mercado entre las personas que buscan un auto con estilo único y además, ecológico.
Al abordarlo se observa un interior agradable, espacioso, minimalista y encantador al ojo humano. Iniciamos la marcha y no se escucha más que la buena música que se pueda llevar en el sistema de audio acompañado de una buena conversación, pues su motor por ser eléctrico es completamente silencioso aunque muy potente, con excelente aceleración y un torque impresionante al arrancar.
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En un primer momento la sensación es extraña al circular en un carro cuyo motor no produce sonido alguno, pero finalmente uno se habitúa pues su manejo no requiere operaciones distintas a las empleadas con un auto automático a combustión.
Es un auto económico en su uso, confortable y perfecto para la cuidad. Se lleva las miradas de todos por su diseño tan personal con un toque moderno. La única dificultad percibida no es del vehículo en sí, sino del contexto: la falta de estaciones de recarga. Igual, es comprensible pues este tipo de vehículos apenas están incursionando en el mercado colombiano.
Definitivamente pase una muy buena jornada en la compañía del BMW i3 y claro, es preciso mencionar que a las chicas nos luce. Y mucho.»
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Texto: Carolina Moreno Hurtado, invitada especial.
Introducción y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla – Director Revista Virtual El Carro Colombiano.
Fotografías: Nicolás Ramírez Ordóñez.