La plataforma de movilidad compartida Uber acaba de anunció la llegada de 2.000 Nissan Leaf de segunda generación a su flota de vehículos en Londres, Inglaterra. La meta es que sean 45.000 para 2025.
Mientras en Colombia Uber está de salida, la plataforma de movilidad compartida acaba de firmar en Inglaterra –país del que también estuvo al borde de salir– un plan para integrar 2.000 Nissan Leaf a su flota.
Se trata, en otras palabras, de 2.000 vehículos eléctricos que, al menos por el momento, transportarán a los usuarios de la aplicación por las calles de Londres, como parte del plan de aire limpio de la empresa.
Con este, además de dar a conocer las ventajas e importancia de los vehículos eléctricos, Uber continuará con la tarifa de aire limpio, que le cobra un monto extra a los pasajeros por viajar en autos eléctricos.
El negocio
Los Nissan Leaf usados por Uber provendrán de la fábrica de Sunderland son la primera parte de un negocio todavía más grande, con el cual Uber aspira a que unos 45.000 carros inscritos en la aplicación, solo en Londres, sean eléctricos para 2025.
Si bien no se sabe por qué monto se cerró la negociación, si se conoce que los Leaf que estarán usando los conductores londinenses serán los de segunda generación con batería de 40 kWh y 270 km de autonomía.
Se trata de vehículos que, en Inglaterra, tienen un costo de 26.345 libras ($116.098.826 en Colombia), incluyendo el descuento de 3.500 libras por subsidio gubernamental. Es decir, el acuerdo no supera las 52.690.000 libras, a simple vista.
El plan verde
Todo lo anterior hace parte del plan de aire limpio de Uber que en su primer año completó cerca de 900.000 viajes hechos a través de la app con vehículos eléctricos, un incremento del 350 % frente al año pasado con al menos 500 conductores usando esta tecnología cada semana.
Como parte de la misma estrategia está la tarifa de aire limpio, que consiste en 15 peniques por cada milla recorrida en Londres. Con esta acción, Uber recaudó 80 millones de libras en tan solo un año.
La idea es que en el próximo par de años esa cifra ascienda a los 200 millones de libras. Dicho dinero se usará para financiar la transición de cada vez más vehículos a combustión hacia la tecnología eléctrica.
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