Más producción, menos ganancias: la industria automotriz china cerró 2025 con márgenes ajustados y más del 70% de los modelos vendidos a pérdida.

La industria automotriz china cerró el periodo de enero a noviembre de 2025 con un margen de beneficio de 4,4%, el segundo más bajo en su historia reciente y solo 0,1 puntos por encima del mínimo registrado en 2024. De acuerdo con los datos publicados por Cui Dongshu, secretario general de la China Passenger Car Association (CPCA), el sector reportó un ingreso promedio de 322.000 yuanes por vehículo (45.800 USD), pero con una ganancia bruta cercana a 14.000 yuanes (2.000 USD) por unidad.

A pesar de la baja rentabilidad, la escala de la industria siguió creciendo. Los ingresos totales superaron los 10 billones de yuanes (1,42 billones de dólares), con un crecimiento anual de 8,1%. Sin embargo, los costos aumentaron aún más, 9%, hasta 8,84 billones de yuanes, lo que refleja una dinámica descrita por el gremio como “crecimiento en volumen, presión en ganancias”. Las utilidades totales alcanzaron 440.300 millones de yuanes (62.600 millones de dólares), con una variación positiva de 7,5%.

Este comportamiento financiero ocurre en un contexto de fuerte transformación del mercado. La rápida expansión de los vehículos de nueva energía (NEV), la consolidación de fabricantes locales y la intensificación de la competencia en precios han reconfigurado el ecosistema industrial chino, que hoy enfrenta el reto de sostener su escala productiva sin comprometer la rentabilidad del negocio.

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¿A qué se debe la baja ganancia?

Detrás del debilitamiento de los márgenes aparecen dos factores principales: el incremento de costos y la presión competitiva. Por un lado, el crecimiento de los gastos, impulsado por la volatilidad de las materias primas para baterías y el alza en los costos laborales, superó al de los ingresos del sector. Por otro, la competencia entre vehículos eléctricos y modelos a gasolina derivó en una guerra de precios que terminó extendiéndose a casi todos los segmentos del mercado.

El impacto de este escenario también se refleja en los fabricantes. GWM, por ejemplo, reportó en los primeros tres trimestres del año un aumento cercano al 8% en ingresos, pero una caída de casi 17% en su utilidad neta, debido a mayores inversiones en red comercial y a una competencia de precios cada vez más agresiva. Según el medio chino Autohome, más de la mitad de los concesionarios opera con pérdidas y alrededor del 70% de los modelos se vende a pérdida.

En noviembre, el sector mostró cierta mejora coyuntural: los ingresos crecieron 9,7%, los costos aumentaron 11,4% y las ganancias subieron 39,2%, con un margen mensual de 4,4%, superior al 3,9% de octubre y al 3,3% del mismo mes del año anterior. No obstante, los analistas advierten que esta recuperación puntual aún no corrige el problema estructural de rentabilidad.

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Aumento de competencia de los carros chinos

En términos de producción, China fabricó 31,09 millones de vehículos entre enero y noviembre de 2025, un crecimiento interanual del 11%. De ese total, 14,53 millones correspondieron a vehículos de nueva energía, con un aumento del 27% y una tasa de penetración del 47%, mientras que la producción de vehículos a gasolina se mantuvo estable con 16,57 millones de unidades.

El dinamismo de los eléctricos impulsa el volumen industrial, pero también intensifica la presión comercial. La competencia entre marcas emergentes y fabricantes tradicionales ha llevado a estrategias de descuentos permanentes, que estimulan la demanda pero reducen los márgenes por vehículo tanto para las fábricas como para las redes de distribución.

El gran desafío para 2026 será lograr un equilibrio entre escala productiva y sostenibilidad financiera. La industria automotriz más grande del mundo sigue batiendo récords en producción y exportaciones, pero su nueva preocupación ya no es vender más, sino volver a ganar dinero con cada carro que pone en el mercado.

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Jessica Vargas Álvarez