El Presidente de Estados Unidos Donald Trump amenazó con tomar medidas contra los vehículos importados con una alícuota arancelaria de 25%. México, Canadá, Europa, Japón y China serán los mayores perjudicados.
De nuevo Trump apuesta a las medidas proteccionistas, ahora amenazando la importación de vehículos. El presidente estadounidense ordenó que se indague si la entrada de automóviles a Estados Unidos constituye un alto riesgo para el sector automotor nacional para aplicar un fuerte arancel de 25%. Esta medida pudiera ser una de sus estrategias para negociar duro, como sucedió con los productos de acero y aluminio.
También es tomada como una medida de presión para acelerar las negociaciones con las naciones que conforman el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), hoy estancadas en el punto de normas de origen, o sea, la cantidad de autopartes que requiere cada vehículo construido en el bloque comercial.
Será igual en el caso de los acuerdos a los que se espera llegar con la Unión Europea, todo en aras de reducir el alto déficit comercial de Estados Unidos.
En su mayoría, mexicanos
Trump había mencionado en su Twitter hace unos días que “muy pronto” habría noticias sobre la industria de la automoción. Posteriormente en declaraciones a la prensa volvió a enfatizar los problemas que han tenido en las conversaciones del TLCAN, indicando, “ha sido muy difícil tratar con ellos, pero les diré que al final ganaremos”.
En 2017, México envió 2.3 millones de automóviles hacia el mercado estadounidense, un 75% de la producción que sale de sus plantas. Estados Unidos busca afanosamente reducir la compra de carros producidos en México con la excusa de proteger los empleos del sector automotor local. El quid del asunto es que la nación azteca ofrece como atractivo a dicha industria unos bajos costos salariales.
Fuera de golpear a la industria de sus vecinos del sur y del norte en caso de no llevar a buen término las renegociaciones comerciales, también se verá deteriorada la producción de naciones de la Unión Europea, principalmente Alemania que posee el 15% de las ventas de BMW y Mercedes Benz en Estados Unidos, Audi hace el 12% y Volkswagen el 5%.
Cayó la producción local
Firmas asiáticas como Toyota, Nissan, Hyundai, Honda y Kia han puesto reparos a las posibles restricciones para enviar su producción a Estados Unidos. Japón y Corea del Sur harán una evaluación de los cambios en las reglas del juego, mientras China ha mencionado que defenderá sus intereses.
Durante 2018, Estados Unidos produjo 12 millones de vehículos e importó unas 8,3 millones de unidades a un valor de 192.000 millones de dólares. De ellas, 2.4 millones son de origen mexicano, 1.8 millones son provenientes de Canadá, 1.7 millones de Japón, un millón de Corea del Sur, 500.000 de Alemania. Las exportaciones estadounidenses fueron de 2 millones de unidades a un valor de 57.000 millones de dólares.
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Los argumentos del gobierno de Estados Unidos es que los vehículos importados pasaron de ser el 32% del mercado hace 20 años a ser el 48% en la actualidad. En ese lapso, la producción local cayó en un 22% y solo el 7% de las autopartes usadas en la construcción de un automóvil son americanas.
Donald Trump quiere cumplir sus promesas de campaña bajo los preceptos proteccionistas de “América primero” y “hagamos a América grande otra vez”, sin importar los graves daños que causaría una guerra comercial a nivel automotriz en caso de no lograr acuerdos deseables, según su criterio, con sus principales socios comerciales.
Fabián Rojas Castañeda.
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