El Jaguar I-PACE, galardonado como «World Car of The Year» en 2019, enfrenta un final inesperado. Todo por problemas de fiabilidad y bajas ventas.
Lanzado en 2018, el Jaguar I-Pace fue el primer vehículo eléctrico de la prestigiosa marca británica, obteniendo el título de «World Car of The Year» en 2019. Sin embargo, tras siete años en el mercado y con aproximadamente 60.000 unidades vendidas, Jaguar decidió cesar su producción.
Esta decisión se debe a problemas de fiabilidad, incluyendo riesgos de incendio en las baterías, y a unas ventas que no alcanzaron las expectativas. Así mismo, miles de unidades se han recomprado por la marca y están destinadas al despiece para su comercialización en el mercado secundario de repuestos.
Es de anotar que el anterior proceso, aunque es bastante controvertido, tiene como propósito mitigar los problemas de fiabilidad y ofrecer soluciones a los propietarios actuales.
Más modelos dicen «adiós»
En el contexto de su transición hacia una línea completamente eléctrica para 2025, Jaguar Land Rover (JLR) ha decidido eliminar cinco modelos de su catálogo actual, entre ellos el I-Pace. Esto para dar paso a futuros autos eléctricos basados en la nueva arquitectura JEA.
Adrian Mardell, CEO de JLR, afirmó que «estamos eliminando cinco productos, todos de menor valor. Ninguno de ellos es un vehículo con el que hayamos ganado dinero, por lo que los estamos reemplazando con modelos nuevos con arquitecturas de nuevo diseño».
Hay que decir que el Jaguar I-Pace representó un audaz paso de la marca hacia la electrificación, pero diversos desafíos, desde problemas técnicos hasta una competencia feroz en el mercado de carros eléctricos, limitaron su éxito. La decisión de JLR de retirar este modelo y enfocarse en una nueva generación de automotores cero emisiones podría ser una estrategia acertada para fortalecer su posición en el mercado automotor del futuro.
Paola Reyes Bohórquez.
