BYD realizó un impresionante test a uno de sus carros de lujo. Dejó caer una palmera real tres veces sobre su techo. El vehículo resultó con daños mínimos.
BYD sometió a su SUV tope de gama Yangwang U8L a una prueba de durabilidad tan drástica como inusual: levantar una palmera gigantesca y dejarla caer sobre el techo del vehículo. El experimento se repitió tres veces, cada vez desde una altura mayor, con el fin de incrementar progresivamente la fuerza del impacto.
Según datos compartidos por la misma marca, el impacto máximo alcanzó los 50.4 kilojulios, una energía equiparable, en palabras de los medios chinos, a la caída de un aire acondicionado desde un edificio de 40 pisos.
Tras los tres golpes, los daños materiales fueron mínimos. Así, el carro sólo presentó una abolladura visible en la estructura metálica sobre la puerta del conductor, pero sin deformaciones en la estructura principal. Las ventanas no se rompieron, la puerta siguió funcionando con normalidad, la suspensión y las ruedas mantuvieron su integridad, y, lo más sorprendente, el SUV arrancó y se alejó como si nada hubiese pasado.

BYD y sus pruebas extremas
La propia intención de BYD con este test fue demostrar que, incluso tras un impacto extremo e imprevisible, la cabina del U8L podría seguir siendo accesible. Esto es suficiente para que los ocupantes salgan por sus propios medios o para que los equipos de rescate accedan sin obstáculos.
Este experimento se suma a otras demostraciones que ya habían convertido al Yangwang U8 en una especie de “todoterreno 2.0”. Por ejemplo, maniobras tipo “tank-turn”, giro sobre su eje, desplazamientos laterales estilo “cangrejo” y hasta la capacidad de vadear o flotar en agua gracias a su carrocería sellada.
Con una potencia combinada de alrededor de 1.184 caballos, el U8 ya superaba a muchos superdeportivos en aceleración y maniobrabilidad, y ahora suma resistencia estructural como carta de presentación.

Un SUV de lujo y potente
La prueba con la palmera no es un simple truco publicitario. Por el contrario, representa una declaración. BYD está enviando un mensaje claro y es que busca reposicionar al U8 no solo como un SUV de lujo o alta potencia, sino como un modelo capaz de resistir situaciones extremas, incluso aquellas que usualmente ni se contemplan en las pruebas de choque tradicionales.
En un momento en que los SUVs de lujo compiten sobre atributos de confort, tecnología y diseño, BYD apuesta por la robustez como diferenciador. Si logra mantener la consistencia en calidad, prestaciones y respaldo posventa, el Yangwang U8 podría convertirse en un referente para quienes priorizan seguridad estructural, capacidad todoterreno y versatilidad.
Además, esta estrategia podría abrir puertas para su expansión internacional. Si el U8 demuestra que un SUV chino de lujo puede igualar, o incluso superar, en aspectos clave a sus rivales tradicionales, podría atraer a consumidores en mercados exigentes como Europa, América, Medio Oriente o empujar una renovación en preferencias globales.
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Paola Reyes Bohórquez.








