En Venezuela se vendieron 3.572 carros durante todo el año 2017

Con un mercado automotor en picada y un caos sociopolítico cada vez peor, la situación de la industria automotriz en Venezuela parece estar muy lejos de levantar cabeza.

La crisis que actualmente vive Venezuela a nivel social, político y económico, tiene gravemente afectada a la otrora pujante industria automotriz del país vecino, que luego de haber vendido 491.899 unidades en 2007, ha caído al punto de entregar apenas 3.572 vehículos nuevos en 2017, cifra que representa un descenso del 3% frente al comportamiento del año 2016.

Según informó la Cámara Automotriz de Venezuela (CAVENEZ), la producción de vehículos en dicha nación cayó un 37,7% frente al 2016 habiéndose armado 1.774 unidades durante todo el 2017 por parte de las empresas Ford, Mack, Toyota y FCA. Por su parte, Iveco y MMC (Mitsubishi y Fuso) no produjeron ningún vehículo, y General Motors cesó sus operaciones.

Solo camionetas

En medio de la cada vez más limitada oferta de modelos encabeza las ventas la pick-up Toyota Hilux de anterior generación, que vendió 586 unidades, seguida de la Ford Explorer que acumuló 523 entregas y la Toyota Fortuner, de la cual se registraron 414 camionetas.

Respecto a las marcas, Ford está en primer lugar seguida muy de cerca por Toyota, con 1.127 y 1.123 unidades respectivamente, teniendo a Jeep en el tercer puesto pero apenas con 144 vehículos vendidos, para luego ubicarse Mack con 52 unidades y Dodge, con 15 entregas.

Una particularidad del mercado venezolano actual es que, debido a que la adquisición de autos nuevos está restringida a unos muy pocos privilegiados, la mayoría de modelos son SUVs, pick-ups o industriales. Los únicos automóviles familiares que allí se ofrecen son el Toyota Corolla, presentado a finales de 2017, el Ford Fiesta y el Dodge Forza, sedán basado en el Fiat Siena de 1997.

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FCA se desliga de su filial venezolana

Lo más triste es que la situación parece estar lejos de mejorar, pues las factorías instaladas en Venezuela están operando apenas al 2% de su capacidad instalada y cada vez son más las firmas que deciden apartarse de sus filiales, tal como acaba de suceder con el Grupo FCA al que el gobierno de Nicolás Maduro adeuda cerca de 200 millones de dólares desde que inició el actual régimen cambiario en 2003.

El grupo ítalo-norteamericano ya dio por perdido ese monto, utilizado para los gastos operativos de la compañía en ese país durante los últimos 15 años, hecho que se ve agravado por pérdidas anuales que rondan los 60 millones de dólares debido a la parálisis de la planta ubicada en Valencia, señaló el diario «El Carabobeño».