Jim Farley, CEO de Ford, reveló un futuro sombrío para los carros eléctricos en EE.UU. ante las políticas de Trump. Pronosticó que el mercado podría reducirse a la mitad.
El CEO de Ford, Jim Farley, lanzó una advertencia contundente y es que la demanda de vehículos eléctricos en Estados Unidos podría caer a la mitad bajo las nuevas políticas impulsadas por el presidente Donald Trump. Frente a ese panorama, el fabricante norteamericano se prepara para un giro estratégico hacia la “electrificación parcial”, con mayor protagonismo de los híbridos.
Durante una conferencia organizada por la compañía en Detroit, Farley explicó que la eliminación del crédito fiscal de US$7.500 para la compra de eléctricos, junto con la flexibilización de normas ambientales, tendrá un efecto inmediato en el mercado. Actualmente los vehículos cero emisiones representan alrededor del 10 % de las ventas nacionales, pero esa cifra podría reducirse drásticamente. “No me sorprendería que las ventas de EV en EE. UU. bajaran al 5 %”, afirmó.
El directivo reconoció que este escenario supone un duro golpe para las estrategias de electrificación. “El mercado de los EV será mucho más pequeño de lo que pensábamos”, subrayó, en un mensaje que resuena en toda la industria automotriz, donde varias marcas ya han empezado a retrasar inversiones y a reforzar sus líneas de modelos con motor de combustión interna o soluciones híbridas.
Caída en ventas y pérdidas millonarias
El vuelco de Ford no es casual. Su división eléctrica Model-e acumuló pérdidas por US$1.300 millones solo en el segundo trimestre de este año, y la compañía calcula que podría terminar 2025 con un déficit de hasta US$5.500 millones en ese segmento. Además, sus ventas de eléctricos cayeron 31 % en el mercado estadounidense durante el mismo periodo, afectadas por el envejecimiento de los modelos y la pausa en entregas del Mustang Mach-E por un retiro de seguridad.
Estas cifras ponen en duda la viabilidad de un crecimiento rápido en eléctricos puros y empujan a la empresa a buscar salidas menos arriesgadas. Para Farley, los autos totalmente eléctricos tienen más sentido en trayectos cortos o urbanos, donde el consumidor puede aprovechar mejor su autonomía limitada. En contraste, asegura que los híbridos e híbridos enchufables ofrecen mayor atractivo comercial y encajan mejor con las necesidades reales del mercado.
Ford ya se mueve en esa dirección. La compañía planea adaptar sus plantas de baterías y de ensamblaje, originalmente pensadas para eléctricos puros, a la producción de híbridos. “Tenemos que hacer estos vehículos eléctricos parciales en las fábricas que habrían sido EVs. Las llenaremos, pero será más estrés”, dijo Farley, aludiendo a la presión que generan las nuevas políticas federales.
Actualmente, la marca construye cuatro plantas de baterías, incluida una en Kentucky en alianza con la surcoreana SK On, y dos fábricas dedicadas a eléctricos. Parte de esa infraestructura recibió un préstamo de US$9.200 millones del Departamento de Energía en 2023, lo que añade presión para encontrar un destino rentable a la producción.El problema, reconoce Farley, es de escala: “Se necesitan 20 híbridos para utilizar tanta batería como un EV. La capacidad que construimos es mucho mayor de la que necesitaríamos… tenemos que tomar algunas decisiones”.
Apuesta por híbridos enchufables
La estrategia híbrida no elimina los riesgos. El exceso de baterías en el mercado ya empieza a sentirse, y Ford analiza opciones como la producción de híbridos enchufables con baterías más grandes o incluso destinar parte de su capacidad a otros sectores energéticos. “Son algunas de las mejores fábricas que hemos construido. Tomaremos la decisión correcta para la empresa. No vamos a permitir que se paralicen”, aseguró Farley.
Mientras tanto, el fabricante estadounidense también explora nuevos lanzamientos eléctricos más asequibles para los próximos años, con el fin de equilibrar pérdidas y no abandonar del todo el camino de la electrificación.
Paola Reyes Bohórquez.