A medida que los vehículos eléctricos ganan terreno en las carreteras, también crecen las preguntas sobre cómo sus sistemas de alto voltaje podrían influir en la exposición de los ocupantes a campos electromagnéticos.

Los campos electromagnéticos forman parte de muchos dispositivos de uso diario, pero su presencia en vehículos eléctricos ha generado dudas entre algunos usuarios. El aumento de componentes de alto voltaje en estos modelos ha alimentado preguntas sobre su efecto en el interior del vehículo.

Colectivos como personas con marcapasos, mujeres embarazadas o usuarios sensibles a estas emisiones buscan información más precisa sobre los niveles a los que podrían estar expuestos durante un trayecto habitual.

Para responder a estas inquietudes, distintos organismos han realizado mediciones en laboratorio y en condiciones reales de conducción, comparando vehículos eléctricos, híbridos y de combustión para determinar si existen diferencias significativas en la exposición.

Un estudio exhaustivo con casi un millón de mediciones  La investigación, dirigida por la Oficina Federal de Protección Radiológica de Alemania (BfS) y apoyada por el ADAC y centros técnicos como el femu (RWTH Aachen) y Seibersdorf Labor, analizó 14 vehículos de diferentes tecnologías: once eléctricos, dos híbridos enchufables y un modelo de combustión como referencia.  Las pruebas se realizaron en laboratorios, bancos de ensayo, circuitos cerrados y tráfico real, acumulando casi un millón de mediciones en distintas situaciones: aceleración, frenada regenerativa, arranque, cambios de carga e incluso con sistemas auxiliares como la calefacción de los asientos.  Sensores de alta precisión colocados desde el suelo hasta la altura de la cabeza permitieron mapear con detalle la exposición del ocupante. Además, modelos anatómicos recrearon cómo se distribuyen los campos magnéticos en el cuerpo humano.  ¿El resultado? Ningún registro superó los límites recomendados por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICNIRP). Incluso personas con marcapasos o embarazadas se encuentran en un margen de seguridad total.

Un estudio exhaustivo con casi un millón de mediciones  La investigación, dirigida por la Oficina Federal de Protección Radiológica de Alemania (BfS) y apoyada por el ADAC y centros técnicos como el femu (RWTH Aachen) y Seibersdorf Labor, analizó 14 vehículos de diferentes tecnologías: once eléctricos, dos híbridos enchufables y un modelo de combustión como referencia.  Las pruebas se realizaron en laboratorios, bancos de ensayo, circuitos cerrados y tráfico real, acumulando casi un millón de mediciones en distintas situaciones: aceleración, frenada regenerativa, arranque, cambios de carga e incluso con sistemas auxiliares como la calefacción de los asientos.  Sensores de alta precisión colocados desde el suelo hasta la altura de la cabeza permitieron mapear con detalle la exposición del ocupante. Además, modelos anatómicos recrearon cómo se distribuyen los campos magnéticos en el cuerpo humano.  ¿El resultado? Ningún registro superó los límites recomendados por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICNIRP). Incluso personas con marcapasos o embarazadas se encuentran en un margen de seguridad total.

Un estudio exhaustivo con casi un millón de mediciones

La investigación, dirigida por la Oficina Federal de Protección Radiológica de Alemania (BfS) y apoyada por el ADAC y centros técnicos como el femu (RWTH Aachen) y Seibersdorf Labor, analizó 14 vehículos de diferentes tecnologías: once eléctricos, dos híbridos enchufables y un modelo de combustión como referencia.

Las pruebas se realizaron en laboratorios, bancos de ensayo, circuitos cerrados y tráfico real, acumulando casi un millón de mediciones en distintas situaciones: aceleración, frenada regenerativa, arranque, cambios de carga e incluso con sistemas auxiliares como la calefacción de los asientos.

Sensores de alta precisión colocados desde el suelo hasta la altura de la cabeza permitieron mapear con detalle la exposición del ocupante. Además, modelos anatómicos recrearon cómo se distribuyen los campos magnéticos en el cuerpo humano.

Un estudio exhaustivo con casi un millón de mediciones  La investigación, dirigida por la Oficina Federal de Protección Radiológica de Alemania (BfS) y apoyada por el ADAC y centros técnicos como el femu (RWTH Aachen) y Seibersdorf Labor, analizó 14 vehículos de diferentes tecnologías: once eléctricos, dos híbridos enchufables y un modelo de combustión como referencia.  Las pruebas se realizaron en laboratorios, bancos de ensayo, circuitos cerrados y tráfico real, acumulando casi un millón de mediciones en distintas situaciones: aceleración, frenada regenerativa, arranque, cambios de carga e incluso con sistemas auxiliares como la calefacción de los asientos.  Sensores de alta precisión colocados desde el suelo hasta la altura de la cabeza permitieron mapear con detalle la exposición del ocupante. Además, modelos anatómicos recrearon cómo se distribuyen los campos magnéticos en el cuerpo humano.  ¿El resultado? Ningún registro superó los límites recomendados por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICNIRP). Incluso personas con marcapasos o embarazadas se encuentran en un margen de seguridad total.

Este fue el resultado del estudio

Aunque los campos electromagnéticos son más notorios al iniciar la marcha o durante frenadas regenerativas, momentos de mayor flujo eléctrico, los valores registrados fueron siempre bajos y concentrados en la zona de los pies, donde se ubican los cables de alto voltaje.

En cabeza y pecho, las mediciones fueron notablemente menores. Sorprendentemente, los niveles hallados en vehículos eléctricos e híbridos no difieren significativamente de los de un vehículo de combustión. El pico más alto se observó en el Porsche Taycan, con un valor de 0,18 en una escala donde 1 representa el límite permitido, muy por debajo de cualquier umbral de riesgo. La mayoría de modelos se situaron entre 0,05 y 0,12.

El caso más llamativo fue el del Opel Corsa: su versión eléctrica y la de combustión obtuvieron resultados idénticos, lo que refuerza la conclusión del informe: el diseño del vehículo y la ubicación de sus componentes pesan más que la tecnología del motor.

vehículos eléctricos salud y vehículos eléctricos campos electromagnéticos

vehículos eléctricos salud y vehículos eléctricos campos electromagnéticos

Los investigadores compararon también estos datos con los niveles presentes en trenes, tranvías y metros. Las diferencias fueron mínimas, e incluso en algunos casos el transporte público mostró exposiciones ligeramente superiores, especialmente cerca de motores de tracción o de la catenaria.

El estudio alemán aporta evidencia clara y detallada: no existe peligro para la salud por electromagnetismo en los vehículos eléctricos. Los valores medidos se sitúan dentro de los límites de seguridad y son comparables, cuando no inferiores, a los de otros vehículos eléctricos de uso cotidiano.

Para los consumidores indecisos, este informe marca un antes y un después: la exposición a campos electromagnéticos no debería ser un factor de preocupación a la hora de elegir un vehículo eléctrico. El mito, según la ciencia, queda definitivamente desmontado.


Jessica Vargas Álvarez