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En Bogotá, se ha incrementado la falsificación de placas de vehículos. Autoridades aseguran que todo se debe al hurto de carros y la evasión del Pico y Placa.
En Bogotá, todos los días se escuchan las quejas de los ciudadanos por temas de inseguridad. Pues bien, esta vez se trata de un problema que viene de años atrás, la falsificación de placas de vehículos.
Esta problemática se ha incrementado con el pasar de los años. De acuerdo con las autoridades, esto se debe al hurto de carros y la intención de evadir las restricciones de Pico y Placa.
El programa Testigo Directo contactó a falsificadores y pudo adquirir un par de placas por tan sólo $250.000, aproximadamente 65 dólares. Así mismo, habló con un gerente de fábrica de placas legales sobre el tema, quien dio su opinión de experto frente a este fenómeno.
Placas legales vs. falsificadas
De acuerdo con Luis Miguel Rodríguez, gerente de la fábrica de placas legales, “a simple vista, esta placa puede pasar desapercibida y es casi imposible notar que es falsa cuando el carro está en movimiento. Sin embargo, al observar detalladamente, se pueden identificar algunas imperfecciones”.
Según las autoridades varias personas compran las placas falsificadas para evitar el Pico y Placa. Mientras que otras las utilizan de manera fraudulenta para cambiárselas a carros robados y así venderlos en diversas plataformas. De esta manera estafan a la gente.
Y es que los agentes aseguran que, desde que se implementó el decreto de la Alcaldía, se ha observado un aumento en las detenciones y procesamientos legales por el uso de documentos públicos falsos, es decir, placas adulteradas.
Un profesional en derecho explicó al programa que utilizar placas falsas puede ser considerado un delito y conlleva a penas de prisión de 6 a 12 años.
Comprar placas ilegales en la calle es un negocio rápido y relativamente económico, que sirve para engañar a las autoridades y posibles compradores en algunos casos. No obstante, las consecuencias legales recaen más en quienes las compran que en aquellos que las fabrican.
Paola Reyes Bohórquez. Fuente: Testigo Directo.
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