El alcalde Carlos Fernando Galán está evaluando cambios trascendentales en el esquema del Pico y Placa en Bogotá. El objetivo es buscar soluciones que podrían transformar la movilidad en la capital.
Desde que asumió la alcaldía de Bogotá, Carlos Fernando Galán ha puesto sobre la mesa la necesidad de reformar el actual sistema de Pico y Placa, una medida que, aunque ha tenido cierto éxito en el pasado, ya no es suficiente para enfrentar los desafíos de movilidad que enfrenta la ciudad.
La expansión de Bogotá y el aumento continuo de vehículos particulares han puesto en evidencia las limitaciones de este esquema, que ahora requiere una revisión profunda. Y es que, con más de 400 frentes de obra en marcha, la congestión vehicular se ha convertido en un problema cotidiano para los bogotanos.
Ante esta realidad, pensar en una ciudad sin restricciones de tránsito parece un sueño lejano. No obstante, la administración de Galán está decidida a implementar cambios que vayan más allá de las simples restricciones, enfocándose en mejorar la infraestructura y el transporte público.
Ajustes en el Pico y Placa
Uno de los estudios más avanzados que se están realizando es el análisis de la viabilidad de un Pico y Placa sectorizado. Este enfoque permitiría aplicar restricciones más estrictas en las áreas con mayor demanda vehicular, mientras que en zonas con menor tráfico, las limitaciones serían más flexibles.
Esta propuesta reconoce que Bogotá no es una ciudad homogénea en términos de congestión, sino que presenta variaciones significativas dependiendo de la ubicación y la hora del día. Los ciudadanos han sentido de primera mano los efectos de la congestión y las obras en curso, lo que ha generado frustración y una creciente demanda de soluciones efectivas.
Galán ha subrayado que, aunque el Pico y Placa ha sido una herramienta útil para reducir la cantidad de carros en las calles, su efectividad ha disminuido debido al crecimiento del parque automotor y la expansión urbana.
“La gente tiene razón al decir que la solución de fondo no puede ser una restricción como el Pico y Placa. Sin embargo, mientras no tengamos alternativas viables, es una medida que debemos mantener”, afirmó Galán en una reciente entrevista.
Explorando opciones
Además, se están explorando otras medidas, como la implementación de un sistema de cobro por congestión, similar al que se utiliza en grandes ciudades del mundo. Así los conductores pagarían por el uso de ciertas vías en horas pico. Otra alternativa es un Pico y Placa rotativo, que cambiaría según el día de la semana o la hora del día, distribuyendo de manera más equitativa la carga vehicular en la ciudad.
El enfoque de la administración Galán también incluye incentivar el uso de vehículos eléctricos o híbridos, exentos de las restricciones, promoviendo una movilidad más sostenible. Además, se está avanzando en la ampliación del sistema TransMilenio y la tan esperada construcción del metro de Bogotá, proyectos que son clave para mejorar la movilidad en la ciudad.
Galán también ha mostrado interés en aprovechar herramientas tecnológicas para mejorar la gestión del tráfico. Entre las propuestas se encuentra la implementación de un sistema de monitoreo en tiempo real del tráfico, que permitiría ajustar dinámicamente las restricciones del Pico y Placa según las condiciones del tráfico.
Así mismo, se está considerando el uso de aplicaciones móviles que informen a los conductores sobre las restricciones y condiciones del tráfico en tiempo real, ayudándolos a planificar mejor sus desplazamientos.
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Paola Reyes Bohórquez.