El mentor del éxito de Dacia en Europa como marca ‘low cost’ del Grupo Renault, Gerard Detourbet, falleció la semana pasada. Sus creaciones más importantes hoy representan el 35% de las ventas de la compañía francesa.
Luego de casi 50 años de carrera en Renault, donde ocupó diversos cargos operativos y directos, el pasado 5 de diciembre falleció Gerard Detourbet a sus 73 años de edad. Este ejecutivo y matemático francés es recordado por crear y dirigir el desarrollo de los vehículos de acceso que hoy tiene la firma: Logan, Sandero, Duster y Kwid.
Tras ser profesor y doctor en matemáticas, ingresó a Renault en 1971 como parte del centro de formación de informática. Hizo una larga carrera en la compañía, ocupando varios cargos directivos y dirigiendo proyectos como el desarrollo del Renault 25, cultivando un gran respeto.
Pero su principal reto llegó en 2001, cuando asumió como director de desarrollo y proyectos de Dacia, la marca rumana recién adquirida entonces por el Grupo Renault. Su principal misión: posicionarla en Europa como una marca de bajo costo y lograr que sus modelos fueran rentables y exitosos.
El reto ‘low cost’
Aunque Louis Schweitzer, CEO de Renault en aquel entonces, había planteado la necesidad de crear una nueva gama de automóviles con precios que rondaran los 6.000 dólares, fue Gerard Detourbet quien se «echó al hombro» esa responsabilidad. Y lo logró con creces.
Esta visión tuvo como primer resultado al Dacia Logan, presentado en 2004 con un alto impacto mundial, y que conocimos en este lado del mundo como Renault Logan. A él, le siguieron los Dacia Sandero (2007) y Duster (2009), y sus paralelos de marca Renault.
Según afirmó Detourbet en su momento, «en la estrategia de Dacia, el auto se desarrolla a partir del precio de venta. Si un recurso es demasiado caro, se elimina. Cada pieza tiene que ser pensada centavo a centavo». Así se logró el éxito de estos autos, que abundan en las calles de Europa, América Latina y otras latitudes.
Su última creación, el Kwid
Ad portas de su jubilación, Gerard Detourbet recibió en 2011 una nueva misión: desarrollar un auto de (aún más) bajo costo para la marca en India. Para lograrlo, se mudó a Chennai, en el país asiático, donde dirigió un equipo de 350 personas con total libertad creativa para trabajar. El resultado fue el Renault Kwid, que vio la luz en 2015.
En alguna ocasión, destacó las restricciones económicas que implicó el desarrollo de este city car. «Para Kwid y sus derivados se contó con una inversión de 420 millones de euros, cerca de la mitad de lo que usualmente requiere un proyecto de estas características». Su principal logro, según él, fue hacer mucho con muy poco.
Así, su último trabajo fue la supervisión del Renault City K-ZE, la variante eléctrica del Kwid que ya se vende en China, y que pronto llegará al continente europeo como un modelo de Dacia. Al momento de su muerte, desempeñaba el cargo de Vicepresidente Global de Innovación en la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
Gran aporte
Hoy, los modelos de bajo costo cuyo desarrollo lideró Gerard Detourbet representan el 35% de las ventas globales del Grupo Renault, siendo una pieza vital de su proyección internacional y rentabilidad económica. Se le recuerda como un visionario y promotor de los vehículos de bajo costo como impulsores en la internacionalización de la empresa.
A través de un comunicado oficial, Clotilde Delbos, actual CEO de la firma, expresó su pesar y condolencias por la muerte de este, uno de los colaboradores que más aportó a la firma del rombo en los últimos años.
«Hemos perdido a un líder que contribuyó enormemente al crecimiento del Grupo. Lo recordamos por sus altos estándares, sentido de la disciplina y la constante búsqueda de avances e innovación», señaló Delbos.
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Óscar Julián Restrepo Mantilla.