Después de más de un mes de paro y tensiones, los gigantes automotrices Ford, General Motors y Stellantis han alcanzado acuerdos parciales con el sindicato United Auto Workers.
Los fabricantes de vehículos Ford, General Motors (GM) y Stellantis han llegado a acuerdos parciales con el sindicato United Auto Workers (UAW). Todo para poner fin a la histórica huelga que afectó a más de 25.000 trabajadores en las plantas de ensamblaje de autos.
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Esta huelga, que comenzó el 15 de septiembre, ha sido la mayor en la industria automotriz de Estados Unidos. Además, ha tenido repercusiones significativas en la producción y las finanzas de las empresas involucradas.
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Desde el inicio del conflicto, las negociaciones entre el sindicato UAW y los tres principales fabricantes de automóviles del país, Ford, GM y Stellantis, han sido intensas y marcadas por tensiones.
Trabajadores inactivos
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó que alrededor de 25.300 trabajadores de las plantas de ensamblaje de carros estaban inactivos. Esto en el conteo de nóminas de octubre debido a la huelga.
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Y es que todo comenzó como un movimiento de protesta contra las condiciones laborales y salariales. Así como los beneficios, planes de jubilación y protección laboral. Por primera vez, el sindicato UAW convocó una huelga simultánea contra los tres principales fabricantes de autos del país.
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A lo largo de las semanas, la huelga se extendió progresivamente, afectando las plantas de General Motors en Texas y Tennessee, las de Ford en Chicago y Kentucky y las de Stellantis en Michigan y Ohio.
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Es de anotar que, durante más de un mes, las negociaciones se encontraron en puntos muertos. El presidente de UAW, Shawn Fain, expresó su insatisfacción en septiembre, señalando que las ofertas de los tres fabricantes no cumplían con el 80% de las demandas del sindicato.
Las negociaciones
Entre las demandas se encontraban aumentos salariales de hasta un 40%. También la eliminación de escalafones salariales, restablecimiento de prestaciones médicas para jubilados y una pensión para empleados de mayor antigüedad.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se involucró en las conversaciones, expresando su apoyo a los trabajadores. Igualmente, Bill Ford, bisnieto del fundador de Ford Motor y actual presidente del directorio de la compañía, hizo un llamado a los trabajadores y al sindicato para poner fin a una huelga que calificó como “devastadora” para el sector.
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Dentro de los acuerdos preliminares a los que llegó Ford, el pasado 26 de octubre, se destaca el aumento del 25% en el salario por hora de los trabajadores. Posteriormente, Stellantis y UAW alcanzaron un acuerdo el 28 de octubre, que incluye un aumento salarial del 25% durante cuatro años y medio, hasta 2028. Además, Stellantis se comprometió a reabrir la planta de Belvidere, Illinois, y a construir una nueva planta de baterías que creará más de 1.000 empleos.
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Finalmente, el 30 de octubre, se dio a conocer que UAW y General Motors habrían llegado a un acuerdo parcial que continúa con los lineamientos pactados con Ford y Stellantis. Dichos convenios deberán ser ratificados por los trabajadores en votaciones democráticas.
Pérdidas económicas
Hay que indicar que, la huelga ha tenido un impacto significativo en las finanzas de las empresas automotrices. Ford estima que la huelga le ha costado cerca de US$1.300 millones, mientras que GM reportó costos de al menos US$800 millones y prevé un gasto semanal futuro de al menos US$200 millones.
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Este cierre histórico marca un hito en la lucha laboral y sindical en la industria automotriz estadounidense, mostrando el poder y la determinación de los trabajadores en la búsqueda de condiciones laborales justas y salarios dignos.
Paola Reyes Bohórquez. Fuente: El Espectador.
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