Estados Unidos aún no impondrá aranceles a los carros provenientes de China. Todo parece indicar que retrasará los aumentos de impuestos por, al menos, dos semanas más.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) anunció que los aumentos arancelarios sobre diversas importaciones chinas, entre ellas vehículos eléctricos, baterías, chips de computadora y productos médicos, se retrasarán al menos dos semanas.
Inicialmente, estos aranceles debían entrar en vigor este 1 de agosto, pero la USTR sigue revisando 1.100 comentarios recibidos y ahora espera emitir una decisión final este mes. Una vez publicada la determinación, los nuevos impuestos se aplicarán aproximadamente dos semanas después.
Hay que recordar que, en mayo, el presidente Joe Biden decidió mantener los rubros impuestos por su predecesor, Donald Trump, y aumentó otros significativamente. Los aranceles sobre vehículos eléctricos chinos se cuadruplicaron a más del 100%, y los derechos sobre semiconductores se duplicaron al 50%.
Consecuencias de la medida
La administración Biden está invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en subsidios fiscales para energías limpias, buscando desarrollar las industrias de carros eléctricos, energía solar y otras tecnologías emergentes.
Según Washington, la capacidad de producción excesiva impulsada por el Estado chino en estos sectores amenaza la viabilidad de las empresas estadounidenses, y los aranceles pretenden proteger empleos estadounidenses de una posible avalancha de importaciones chinas a bajo costo.
Las nuevas tarifas afectarán a 18.000 millones de dólares en bienes chinos importados, incluyendo acero, aluminio, semiconductores, vehículos eléctricos, minerales críticos, células solares y grúas, según la Casa Blanca. Aunque EE.UU. importa pocos vehículos eléctricos chinos, las tarifas tienen un impacto político significativo.
Así las cosas, la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey advirtió que los precios aumentarían el costo de cada grúa en 4,5 millones de dólares, creando una tensión considerable en los recursos portuarios. Es de anotar que dentro de las categorías más grandes afectadas por estas tarifas, representando 13.200 millones de dólares en importaciones chinas previstas para 2023, se encuentran las baterías de iones de litio.
Brechas comerciales
Cabe anotar que, en 2023, Estados Unidos importó 427.000 millones de dólares en bienes de China y exportó 148.000 millones de dólares, reflejando una brecha comercial persistente que sigue siendo un tema delicado en Washington.
Por todo lo anterior, el retraso en la imposición de estos aranceles refleja la complejidad de la relación comercial entre Estados Unidos y China. Aunque los impuestos buscan proteger la industria y el empleo estadounidenses, también generan tensiones y costos adicionales en sectores clave.
Paola Reyes Bohórquez. Con información de Reuters.