La carga inductiva para carros eléctricos promete un futuro sin cables. Sin embargo, enfrenta obstáculos como costos, falta de estandarización y velocidad de carga.

Se imagina que llegue el momento de cargar su carro eléctrico sin ningún tipo de cable. Pues bien, la carga inductiva promete este futuro. Y es que, a pesar de los obstáculos que van desde la falta de estandarización hasta las velocidades de carga, la innovación no cesa y el camino cada vez se allana más hacia este objetivo.

Aunque tecnologías como la presentada en el concepto Halcyon EV de Chrysler indican el camino a seguir, hay desafíos significativos por superar. Un informe reciente de Bloomberg destaca que la visión de convertir las carreteras en plataformas de carga masivas enfrenta obstáculos, principalmente el costo.

En tal sentido, transformar extensas redes interestatales en superficies de carga sería una tarea costosa y llevaría años para generalizarse. Aunque existen pruebas y tramos cortos de carretera inductiva en operación, la adopción masiva parece lejana.

Tesla y Wiferion

Carga sin cables cada vez más cerca

Sin embargo, una forma más realista de introducir la carga inductiva podría ser en los estacionamientos. En lugar de conectar cables, los conductores simplemente se estacionarían en lugares designados y autorizarían la carga con un toque en la pantalla táctil o un comando de voz. Aunque la tecnología existe, la falta de lugares equipados y la lentitud de carga son desafíos actuales.

La velocidad de carga ha sido un punto de fricción, ya que muchos cargadores inalámbricos para carros eléctricos son tan rápidos como los cargadores de nivel dos y mucho más lentos que los cargadores de CC que referencian los fabricantes de vehículos cuando indican sus tiempos de recarga de 15 minutos.

A lo anterior se suma el desafío del costo de la infraestructura y el hardware adicional necesario para la carga inductiva. Actualmente, este hardware podría agregar US$2.500 al precio de un vehículo eléctrico, aunque se espera que este costo disminuya con el tiempo.

A pesar de estos obstáculos, algunos fabricantes, como Tesla y empresas chinas, están mostrando interés. Así las cosas, Tesla adquirió la alemana Wiferion y está trabajando en plataformas de carga inductiva para garajes. Además, proyectos de estandarización, como los establecidos por la SAE para vehículos livianos, podrían acelerar la adopción.

Incursionando en la carga inductiva

Hay que destacar que diferentes compañías ya han empezado a incursionar en este tipo de tecnología. Por ejemplo, el año pasado, WiTricity dio a conocer su plataforma de carga HALO, la cual puede cargar a 11 kW, por lo que es suficiente para un alcance de entre 56 a 64 km por cada hora de carga. Es decir, un cargaría un Tesla Model 3 en alrededor de seis horas.

Otro ejemplo que se podría recordar es el de BMW con un programa de prueba que lanzó en Alemania en 2018 y que expandió a California en 2019. Este ofreció a varios propietarios de 530e una plataforma de carga de 3,2 kW que podían usar en su hogar para recargar la pequeña batería de 9,2 kWh de su híbrido en 3,5 horas. Cabe anotar que, esta tecnología no ha vuelto a resonar.

También es bueno resaltar que, empresas como Hevo están trabajando en cargadores rápidos inalámbricos de hasta 300 kW, pero aún se encuentran en desarrollo. Así las cosas, la carga inductiva para autos eléctricos presenta un emocionante futuro sin cables, pero todavía enfrenta desafíos significativos que deben superarse para convertirse en una realidad cotidiana.

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Paola Reyes Bohórquez. Con información de CarsCoops.