Cada vez más marcas le apuestan a los city cars eléctricos en regiones como Europa donde el segmento en su versión a combustión no pasa por su mejor momento. Varios factores determinarán si la tendencia funciona o no.
Mucho se ha hablado últimamente de la necesidad que tiene el segmento de los city cars de reinventarse para asegurar, sobre todo, su continuidad en el territorio europeo.
Esto no porque hayan caído las ventas de modelos, sino porque la regulación del viejo continente se ha vuelto cada vez más estricta en términos de seguridad a bordo y emisiones, dos rubros en las que este tipo de vehículos suelen fallar en beneficio del precio final.
Ante esto, la solución que han encontrado varios fabricantes, al menos en cuestiones ambientales, ha sido la de trasladar este tipo de autos hacia la propulsión eléctrica. La reciente llegada del Fiat 500 e parece confirmarlo.
Cada vez más modelos
No está de más decir que el topolino no es el único city car que dio el salto al bando de los “verdes”. Quizá el ejemplo más famoso es el Honda e que hizo su debut, justamente, en el mercado europeo durante el pasado Salón de Frankfurt.
El espectro, sin embargo, no se queda en el italiano y en el japonés. Otros esfuerzos incluyen al Skoda Citygo o el Seat Mii y algunos viejos conocidos como el BMW i3 el Volkswagen e-Up, el Renault Twizy y el Smart Fortwo.
Eso solo por mencionar algunos, pues la lista tiende a ser larga y seguirá creciendo en el futuro. Después de todo hay que recordar que marcas como Renault ya adelantaron planes para producir un Twingo ZE y un Kwid eléctrico (K-ZE).
¿Cómo será la pelea?
Con tanto en el plato, la pelea entre los fabricantes de estos city cars y los que vengan estará en cuatro frentes: seguridad, tecnología, autonomía de combustible y precios. De todos, el primer filtro será el más duro de pasar en regiones como Europa.
De igual forma, el tema del rango dependerá de lo que logre la ciencia en términos generales. En la actualidad y por su tamaño, la independencia de este tipo de vehículos oscila entre los 200 y los 350 km, cosa que seguramente irá aumentando a medida que se descubran formas de hacer baterías más eficientes.
Esto nos deja con el tema de tecnologías, que a su vez impactan en el precio. El mejor caso se puede ver entre Honda y Fiat. Mientras el japonés usa una pantalla que abarca casi todo el panel de instrumentos, con todo tipo de funciones, el italiano se quedó en la pantalla central que ya conocemos.
Todo esto, sumado al gusto personal de cada conductor será, a fin de cuentas lo que al final determine si esta tendencia de los city cars eléctricos son un acierto para las marcas o solo un intento más de mantener vivo el segmento con un éxito variable.
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